Humor audiovisual en Aragón
Reproduzco el texto que escribimos juntos Vicky Calavia y yo para el Ja, ja Festival de Panticosa. Se trató de recopilar en una muestra de dos sesiones la producción audiovisual humorística aragonesa.
ARAGÓN DELIRANTE EN ESTADO CRÍTICO
Muestra de cortometrajes
Humor.
Modo de presentar la realidad, resaltando el lado cómico o ridículo de las cosas.
En Aragón, socarronería. Burla encubierta que contrarresta la aridez de esta tierra de locos.
Los actuales realizadores aragoneses heredan una tradición que viene de largo. Ya Luis Buñuel (discípulo de Gómez de la Serna) impregnó con los aires somardas del Moncayo una parte importante de la historia del cine. Álvaro Rigual o Pedro Santero han conseguido recoger el testigo de esta micro historia, que pasa por las realizaciones de autores más veteranos como los integrantes de La Estética Moderna o Chiribito Films.
Esta muestra presenta una selección muy variada de piezas de autores aragoneses, siempre con el tema de fondo del humor, que engloba obras de animación, ficción, vídeo minutos, documentales de creación y un capítulo piloto para una serie televisiva.
Hay tantos tipos de humor como espectadores. Por ello se pretende complacer sensibilidades muy diferentes: desde la carcajada rotunda hasta la más fina ironía, pasando por la comedia de situación o la denuncia más crítica y corrosiva.
Obras curiosas, divertidas y diferentes, que muestran en todos los casos dosis muy altas de inteligente ironía, partiendo de los inicios de la década de los sesenta, y llegando hasta la producción más reciente:
El pisador de sombras, la pieza más antigua (1961), de nuestro cineasta amateur más importante, José Luis Pomarón. Único por la originalidad de su argumento, divertido y surreal, que le hizo acreedor de numerosos premios.
Los encortados (1983), de Chiribito Films, basado en una leyenda pirenaica acerca de unos recién casados. Un buen ejemplo de la sensibilidad de sus autores, que afirman hacer cine para divertirse ante todo.
Dos trabajos de La Estética Moderna: Res mes es the best (1988), falso documental en el que la frontera entre lo irónico y la denuncia es muy fina. Y Ma cuale idea (1987), un vídeo clip paródico remarcando la estética de la época.
El grupo Neogore lleva más de una década fiel a su manifiesto del “Cine Chis-Plas”, en el que no cabe planificación, puesta en escena... Un humor majadero en la frontera del porno y el cine gore. Tres buenos ejemplos son los vídeo minutos Los tontolabas (1991), Blanco, negro, chino, subnormal (2000) y Goming (2001).
Retrato conyugal con fregona (1995), de Tasio Peña, muestra desde una visión gamberra la parte más grotesca de la vida matrimonial.
Antonio Tausiet intenta demostrar la conexión entre la crítica social y el humor más corrosivo, con sus cortos El hombre bobo y el extraterrestre (1997) y El Harmario del siglo (2000). Su vídeo minuto El cortometraje encontrado en Zaragoza (1995), a medio camino entre lo naif y lo absurdo, fue realizado conjuntamente con Gabriel Orte.
José Ignacio Tofé no se despeina, mientras un mundo absurdo gira a su alrededor: no hay más que ver su rictus inmutable en Es una historia de amor (1997), relato de amor vegetal.
No drogansen (1998), de Nacho Blasco, es una parodia de las campañas publicitarias contra la droga, que contrapone con acierto la otra cara de la moneda.
Miguel Manteca realiza cortometrajes de humor blanco reflejando conflictos privados, como El último intento (1998), crónica de la separación de una pareja.
Supermaño en la feria (1999), caricatura baturra con toques de humor absurdo, es la única obra de animación de la muestra. Realizada por el humorista gráfico Alberto Calvo y el showman Carlos Faemino.
Don Quijote de la Marcha (1999), es una versión alucinada de la novela de Cervantes. Realizada por Jorge Nebra, con el cantante punk Manolo Kabezabolo en el papel del caballero de la triste figura.
La pieza del oscense Lorenzo Montull, Pedro Antonio (Contar las viejas) (2000), narra con desternillante velocidad la experiencia rural de una banda de músicos ambulantes.
Soy feo (2001), de Raúl Guíu, cuenta las andanzas de un perdedor inspirado en los personajes de Woody Allen, a través de diferentes hitos cinematográficos.
Mof (2001) es un inteligente capítulo piloto para televisión, formado por una sucesión de sketches delirantes y tronchantes. Heredero de los Monty Python, Pedro Santero nos ofrece unos contenidos subversivos susceptibles de formar parte de cualquier parrilla de programación.
La maldición de los Jimeno (2002) muestra a un muchacho ebrio, interpretado por el propio director, Luis Antonio Alarcón, que se atreve a cometer un sacrilegio cinematográfico.
Matris (2002), que combina imagen real con escenarios digitales, nos cuenta los peligros de jugar con la realidad virtual. Su autor, el cantautor humorístico Carlos Arroyo.
Las obras de Álvaro Rigual son frescas, espontáneas y muy divertidas. Desternillantes pruebas de ello son su Tragicomedia en tres actos. Una obra actual (2002), y su trilogía de Refranes (El concepto del pescado, Has vuelto a dejar pelos en la bañera y Una cerveza para Otto) (2004), contados en un minuto.
Un total de 25 trabajos de 18 autores aragoneses, que se proyectan en el marco del I Festival de Cine de Humor de Panticosa, y que demuestran que el sentido del humor sigue vivo entre nosotros, pese (o quizás gracias a) la penuria desértica en la que nos ha tocado vivir.
Vicky Calavia y Antonio Tausiet, septiembre de 2004.