¡Oh, el mundo gira!
DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 1
29-04-99
Hacia la inmortalidad
Informa el diario "Usa Today" de que según una amplia
encuesta, la esperanza de vida de las personas que asisten regularmente
a oficios religiosos es un 10 % mayor. Es decir, que si rindes pleitesía
a quien te da la vida, te la quita un poco más tarde de lo previsto. Eso
si eres creyente y profesas alguna religión con ritos de este tipo, porque
si no, el diez por ciento de vida lo tienes descontado ya de entrada. Según
estos sesudos estudios, quienes van a misa viven una media de 82 años,
mientras que los que evitan entrar en los templos sólo llegan a los 75.
Habrá que ir pensando en apuntarse a los oficios dominicales, antes del
vermú, como hacían nuestros abuelos. Y nada de dejar de fumar o de ingerir
comidas grasientas y copiosas. Las gentes que durante su adolescencia evitaban
asistir a la misa dominical con artimañas de todo tipo, no sabían que eso
les iba a restar a la larga unos cuantos años de vida. Años que no podrán
aprovechar para seguir asistiendo a concelebraciones, misas cantadas, bodas,
bautizos, comuniones, confirmaciones u ordenaciones sacerdotales. Años
que adelantarán, no obstante, su asistencia a la última misa antes de ser
inhumados: la de su propio entierro. En todo caso, queda claro que si las
cosas siguen en esta progresión, y teniendo en cuenta que la esperanza
de vida en nuestro entorno es cada vez mayor, con un poco de perseverancia
y atendiendo por una vez antes a la devoción que a la obligación, el género
humano alcanzará la inmortalidad (en vida) en unos pocos milenios. Todo
es cuestión de comulgar con ruedas de molino.
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