¡Oh, el mundo gira!
DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 6
04-05-99
Comunidades Españolas: Aragón
Aragón es una comunidad autónoma de las que conforman
el estado español. Mucho menos aireada su existencia que la de Andalucía,
Cataluña o el País Vasco, sus escasos habitantes permanecen en una continua
actitud de desconfianza. Y parecen tener algún motivo. Veamos algunos ejemplos
recientes. Cuando, después de cuarenta años de dictadura unificadora, hubo
que redactar una Constitución para redefinir el mapa de España, a alguien
se le ocurrió la feliz idea de que había autonomías históricas y otras
que no lo eran. Para diferenciarlas, se inventaron la excusa de que las
llamadas históricas habían tenido Estatuto propio antes del franquismo.
Así, la comunidad que nos ocupa, dejó de considerarse entre las "de primera".
Y por lo tanto, con menos derechos que éstas. La Estadística, esa ciencia,
ha sido otra de las causantes de la proverbial desconfianza del aragonés.
La mitad de los habitantes de su extenso territorio viven en la capital,
Zaragoza. Así que cuando hablamos en términos globales de renta per cápita,
Aragón siempre alcanza la media nacional. Pero existen amplias extensiones
en las que la despoblación, la falta de infraestructuras o la ausencia
total de industria y servicios son comparables a las del Sahara. Y así,
se da la imagen al mundo de que sobra agua en este inmenso páramo, porque
el río más caudaloso de la península atraviesa la región. Y se propone
realizar trasvases a otras Comunidades, cuando Aragón sigue careciendo
de infraestructura hidráulica. Y se va enraizando la desconfianza. Pero
es que dentro de la propia región se planean auténticas barbaridades, como
llevar el agua de la montaña (los Pirineos) a la ciudad por la que pasa
el Ebro (Zaragoza), con la excusa de que es más limpia y con una campaña
publicitaria basada en que la población está en la ciudad y no en las zonas
rurales. En vez de promover la vertebración del territorio favoreciendo
la repoblación de las zonas deprimidas, se incentiva la masificación. Pero
la varita mágica que solucionará todas estas incongruencias llega de la
mano de un ex ministro, que va a organizar en el 2008 una Exposición Universal
en Zaragoza. Como es un proyecto inevitable, esperemos que al menos sirva
para que alguna persona más que usted y yo sepamos algo sobre ese extraño
lugar llamado Aragón, cuna de locos egregios -y desconfiados-.
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