¡Oh, el mundo gira!
DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 26
25-05-99
Ya estamos con que si la abuela
fuma...
Pues eso, que si quiere fumar, que fume... Una lista
de las verdaderas costumbres perniciosas del ser humano, los males que
el hombre causa al hombre, tendría entre sus puestos de honor la miseria,
la prisión, la infamia, la vergüenza, la tortura, las traiciones, los ultrajes,
los fraudes... pero pretender que el tabaco perjudica seriamente la salud
del prójimo, es como querer comparar el pequeño pinchazo del aguijón de
una rosa con las cosquillas del hacha en el patíbulo. Cada uno que respire
lo que quiera, claro, mientras no nos obligue a seguir su costumbre. Sentadas
las bases de la defensa a ultranza del fumador, del coleccionista de persianas,
o del compositor de rumbas (o sea, de la libertad individual), tenemos
que hacernos eco de la queja justificadísima difundida por la plataforma
por el 0,7 para el desarrollo del tercer mundo. Una famosa marca de tabaco
española, siguiendo el ejemplo de otras grandes empresas, dona el 0,7 por
ciento de sus beneficios a otras organizaciones no gubernamentales. Resulta
que la producción de tabaco para el consumo de occidente se realiza explotando
a los trabajadores del sur. Y según las estimaciones de la plataforma (cuyos
fines son para quitarse el sombrero, aunque sus raíces en la iglesia católica
los convierta en un arma de doble filo), el tabaco ocupa buena parte de
la superficie cultivable del mundo. Desde esta tribuna añadimos a estos
argumentos, quizás algo endebles, que Tabacalera es una empresa que utiliza
la miseria de los más necesitados para obtener beneficios exorbitantes.
No sólo porque son explotados en las plantaciones, no sólo porque el cultivo
desplaza al de alimentos, sino porque la publicidad, el engaño supremo,
se sirve en este caso de la bajeza moral más abominable sólo para vender
más. Fumando espero, al hombre que yo quiero. Al hombre liberado de la
esclavitud, que alcance la dignidad caminando por encima de los cadáveres
de quienes le han estado mancillando y sorbiendo los tuétanos.
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