¡Oh, el mundo gira!

 

 

DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 35
13-06-99
¿El pito o el sereno?
La noticia más relevante de las publicadas estos días no ha de quedarse sin su comentario en estas líneas, menos aún cuando viene a confirmar la tesis ya mantenida aquí: los desastres de la guerra que han creado los Estados Unidos van a ser reparados con el dinero de Europa. La tesis que queda confirmada inequívocamente es la de que todo este montaje, con sus muertos como macabra comparsa, con su millón de desplazados de aquí para allá, con sus criminales de guerra: Milosevic, Solana, Clinton, Aznar y demás alfeñiques, con sus ciudadanos europeos en Babia, ha sido pergeñado para demostrarnos quién manda. Para reírse en nuestras narices de modernos usuarios del euro. Destruir y destruir para que paguemos nosotros. Y cuidado, señores artífices de los Estados Unidos Europeos, que si siguen por ese camino les montamos otra guerra cuando nos dé la gana, porque somos el gendarme, porque somos el sereno, y ustedes son nuestro pito. Y les tomaremos cuando queramos por el pito del sereno. Y desde un edificio de viviendas de una ciudad cualquiera de Europa, desde una habitación con vistas al barrio, un ciudadano cualquiera se pregunta qué ha tenido que ver él con esta lucha de titanes. Qué tenemos que ver nosotros con que si Alemania saca por primera vez a su ejército de paseo desde el final de la última guerra mundial, porque se ha portado bien estas décadas y le levantan el castigo. Qué narices nos tiene que afectar que Rusia siga teniendo algo de amor propio, tras las humillaciones a las que ha sido sometida toda esta década, desde que la Central de Inteligencia colocó a su borrachín preferido en el poder para acabar de hundirles en la miseria. Pues sí, todo ello nos afecta sin que podamos hacer otra cosa que elevar un grito desaforado contra esos gigantes que nos matan, que nos desplazan, que nos ordenan alinearnos en sus campos de concentración en forma de cadenas televisivas, cada vez que soplan el pito por el que nos toman. Europa tendrá que esperar a ser primera potencia mundial unos cuantos millones de años más, porque el sereno de occidente no conoce límites en sus maneras bárbaras, porque la verdadera civilización es incompatible con el imperialismo salvaje.

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