¡Oh, el mundo gira!
DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 38
16-06-99
Porcentaje fenomenal
(Dedicado a Josh Wallenstein)
Un estudio científico reciente sobre la salud de
los españoles arroja este porcentaje fenomenal: uno de cada cuatro habitantes
sufre alguna enfermedad mental. El pobre Paco Ibáñez tendrá que dejar de
cantar aquello de "en España ya no hay locos". Ilustres representantes
de lo hispánico, desde don Quijote hasta Leopoldo María Panero, son sólo
la punta del iceberg. Redondeando, diez millones de personas locas pululan
por la piel de toro. Unos se creen Napoleón, otros utilizan un embudo por
sombrero, y la mayoría dedica el noventa por ciento de su ocio a ver la
televisión. Hay quien lee los periódicos con el afán de informarse, otros
emiten señales al espacio exterior para comunicarse con sus amigos de lejanas
galaxias, y también están los que suben y bajan montañas en busca de su
mamá. Pero un denominador común planea sobre las cabezas de estos enfermos:
a simple vista no se distinguen de los demás. Pueden ocupar puestos de
responsabilidad, incluso de alta responsabilidad y hasta la más alta responsabilidad.
Pueden realizar desde allí execrables acciones propias de su locura vil.
Y quedar tan impunes como si fueran absueltos por tener perturbadas sus
facultades mentales. Por fortuna, la locura colectiva también tiene sus
ventajas. Estamos acostumbrados, pero ver cantar y bailar a la gente por
las calles no es fenómeno que se repita en todas las latitudes europeas.
Y empezar la juerga a medio día de hoy y terminarla después del vermú de
mañana, es privativo de la idiosincrasia oriunda. Sin olvidar que la utopía,
especialmente la utopía, solamente cabe en la cabeza de los que la tienen
llena de pájaros. Y todavía no se ha descubierto nada mejor que ir con
un cazamariposas tras la utopía para poder avanzar a favor de los derechos
humanos, y contra las injusticias y barbaridades humanas, presentes y futuras.
Porcentaje fenomenal, la lucha continúa.
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