¡Oh, el mundo gira!
DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 44
24-06-99
Boadella y los siluros
Han sido otorgados los premios anuales a las bellas
artes. Han sido pescados siluros gigantes en el Mar de Caspe. Los premios
los entrega su majestad el rey de España, capitán general de los tres ejércitos.
Los siluros son unos peces enormes que se reproducen con facilidad. Uno
de los agraciados este año es Albert Boadella. En el estómago de los siluros,
de carne apreciada, se encuentran latas de refresco y basuras variadas.
Albert Boadella es un gigantesco profesional, el mejor director de teatro
del país. El siluro es frecuente en América, desde donde se llevó al Danubio.
El teatro experimental, el teatro humorístico, el teatro crítico, se dan
cita en el grupo de Boadella, Els Joglars. Un empresario alemán arrojó
unos siluros al Ebro, por la zona aragonesa de la desembocadura del Cinca
y del Segre. El depositario del poder hereditario en España entrega al
depositario del espíritu juglaresco un premio por sus méritos. En el embalse
de Mequinenza, los buzos que mantienen las compuertas de la presa, descienden
con protección por miedo al ataque de los siluros. Albert Boadella huyó
de la cárcel cuando fue encerrado por expresarse con libertad. Los norteamericanos
de la base de Zaragoza construyeron en las orillas del Mar de Caspe viviendas
que les alojaban durante la pesca de los siluros. Un director de cine apellidado
Almodóvar recibió junto a Boadella su galardón: de la contracultura a los
palacios. Los americanos se fueron de las bases españolas cuando consiguieron
nuestra entrada en la OTAN. No hay genios de repuesto en un país sin cultura.
Siguen los monstruos voraces buceando en la ciénaga, a cuarenta metros
de profundidad.
VOLVER A
MELGUENCIO