¡Oh, el mundo gira!

 

 

DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 95
24-10-99
¿Memoria?
Ya se ha convertido en la referencia intelectual más manida del fin de siglo. La memoria. Si una sociedad carece de memoria, tenderá a repetir una y otra vez los mismos errores, los mismos Pinochet, los mismos Aznar, las mismas torturas, los mismos desaparecidos, las mismas guerras, los mismos niños prostituidos. La prostitución infantil mueve en España miles de millones de pesetas al año, según el fiscal jefe de la audiencia catalana. Los muertos en las catástrofes naturales durante el último curso han sido cientos de miles. Datos. Millones de datos. Memoria acumulada. Pero... ¿sirve de algo la acumulación de datos, la memoria, sin elaboración teórica posterior, sin aplicación de lo aprendido? No, claro. Es una constante humana. La historia se repite, y el hombre es el único animal que tropieza dos veces con el mismo suceso: marido sin estudios mata a su mujer sin educación. Acumulación gigantesca de datos y más datos. Las nuevas tecnologías nos los acercan a casa: los DVD-Roms tienen 4,7 gigabytes de capacidad, 8 veces más que un CD-Rom (650 Mb). Pero ya se ha construido en Japón un disco de 200 gigabytes (40 veces un DVD y 320 un CD). Caben cincuenta películas, por ejemplo. Y en el Reino Unido están desarrollando un nuevo sistema de almacenamiento capaz de contener 86 gigabytes por centímetro cuadrado. Así que pronto podremos tener en nuestra mano, en poco más de treinta gramos, todo el conocimiento del ser humano. Toda la memoria. Y seguiremos gritando sin razón, y seguiremos ahorcando, fusilando, escupiendo y achicharrando a nuestros congéneres. Porque la memoria es sólo un paso en el camino, y el concepto de memoria histórica es la suma de conocer el pasado y de elaborar la ideología necesaria para no repetirlo. Ilusiones vanas, puesto que la verdadera naturaleza del ser humano es la cabezonería trágica, y los que vivimos sin derramar sangre ajena somos una diminuta minoría, una excepción que confirma la regla de la ley de la selva.

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