¡Oh, el mundo gira!

 

 

DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 98
08-11-99
El aniversario del muro
El muro de Berlín era el gigantesco espejo donde los occidentales mirábamos con arrogancia nuestra libertad travestida en confort. Pero la vanidad es síntoma de oquedad, y nuestros hermanos europeos del este eran menos pobres antes de 1989, y el capitalismo ha acentuado sus injusticias, y los occidentales vemos, roto el espejo, que ocultaba un sistema corrupto y antidemocrático, como el que rige en nuestros refinados países. Sí, el comunismo se había convertido en un engendro, pero... han pasado diez años y en los países donde se enseñoreaba, hoy hay especulación de miles por ciento, mafias organizadas que controlan la economía, niños sin escolarizar, ancianos abandonados, índices de paro gigantescos... Todo empezó cuando en 1988 Gorbachov anunció en la ONU que la URSS abandonaba su objetivo de hegemonía mundial. Ya sólo quedaba un país que la pretendiese. De ahí, una serie de acontecimientos se desencadenó en 1989. Enero: dirigentes húngaros legalizan partidos de la oposición; febrero: negociaciones del gobierno polaco con Solidaridad y la Iglesia; abril: convocatoria de elecciones para junio en Polonia; mayo: Hungría corta el "telón de acero" con Austria; junio: el ejército chino arrasa en Tiananmen a estudiantes que cantan la Internacional y Solidaridad gana las elecciones polacas; agosto: primer gobierno no comunista del Este desde la II Guerra Mundial, en Polonia; septiembre: Hungría abre sus fronteras con Alemania del Este; octubre: Hungría se declara no comunista; noviembre: apertura del muro de Berlín y destitución del dictador búlgaro; diciembre: primer gobierno no comunista en Checoslovaquia y reunión Bush-Gorbachov. Llegó el fin de la guerra fría; los USA la habían ganado. Luego llegarían la caída de Ceaucescu, la unificación alemana... pero la operación, urdida desde el Vaticano y la Casa Blanca, había sido un éxito. Ahora el muro, que cayó encima de los habitantes del Este, sigue existiendo y es una frontera ideológica, un cerco que abarca el mundo entero. Es una red de control tejida desde el poder, que fabrica ciudadanos iguales en Occidente, mientras el Tercer Mundo crece desigual, dispuesto a rebelarse por los simples efectos de la demografía. Ese consuelo nos queda.
 

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