¡Oh, el mundo gira!
DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 102
15-11-99
El euro y la Virgen
Todas las revistas marianas se han hecho eco de unas
declaraciones del Abbé Pierre Caillon: "Me encontraba casualmente ante
el Carmelo de Lisieux. Un señor me abordó y me dijo: ‘Se me ha encargado
diseñar la bandera de Europa. Inspirado por Dios he concebido una bandera
azul sobre la que destacan las doce estrellas de la Medalla Milagrosa de
la Rue du Bac (La Casa de los Lazaristas de París). Así pues, la bandera
de Europa es la bandera de Nuestra Señora: fondo azul, doce estrellas.
Le digo esto, Padre, porque veo que usted lleva en su pecho la Cruz del
Ejército Azul (la Legión de María). La bandera de Europa ha sido la más
oficialmente adoptada del mundo. Todas las naciones de Europa votaron.
Los ingleses dudaban. Nadie sabía de dónde venía esta idea: fondo azul,
doce estrellas. Al final, todo el mundo firmó.’ Esto contaba el diseñador
de la bandera, hombre profundamente cristiano y que estaba como loco de
alegría." Hasta aquí, el texto literal que ha llegado hasta nuestras manos,
publicado en el Calendario del Corazón de Jesús. Hoy que la implantación
del euro es un hecho, y que la llegada de las nuevas monedas a nuestros
bolsillos es inminente, consideramos muy importante dar a conocer al mundo
el verdadero origen del símbolo que representa a todos los europeos. Y
teniendo en cuenta la estremecedora Historia de la Iglesia Católica, nos
vemos obligados a pedir a todos los partidos aconfesionales del arco parlamentario
de Estrasburgo que voten la retirada de tal espantajo, ahora que sí se
sabe "de dónde venía esa idea". Es por ello que rogamos a cuantos leyeren
este texto tengan a bien publicar en la prensa diaria la siguiente "Oración
a San Judas Tadeo": "A San Judas Tadeo, abogado de las cosas difíciles
y desesperadas. Reza nueve avemarías durante nueve días, pide tres deseos,
uno de negocios y dos imposibles. Al noveno día publica este anuncio. Se
cumplirá aunque no lo creas." Evidentemente, con ello lograremos que la
bandera de la nueva Europa no sea la de los católicos, es decir, la de
los que preservan la tradición en lugares tan sospechosos como Austria,
Croacia, Baviera o España.
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