¡Oh, el mundo gira!
DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 124
9-1-2000
El Estrecho de Quebrantar
Si mayo del 68 nos enseñó que la lógica está en la
desobediencia porque obedecer no es sino perpetuar lo establecido, y la
historia debe definirse por el progreso y no por el retroceso, la insumisión
al servicio militar fue durante los últimos quince años la antorcha que
mantuvo viva la llama de las conciencias antisistema. Quienes sostenemos
que las leyes deben existir, y (por pura lógica compensatoria) siempre
al servicio de los desfavorecidos, también debemos defender que quebrantarlas
cuando son manifiestamente injustas es un deber inexcusable. Y las cifras
que nos llegan de la Organización de las Naciones Unidas respecto a la
población y sus índices en España son como para firmar un acuerdo con Marruecos
para que haga campañas institucionales animando a sus habitantes a cruzar
el estrecho. En 50 años, España, si África no lo remedia, será el país
más viejo del mundo. La cifra exacta que plantea la ONU para evitar que
nuestra economía se colapse al mismo ritmo que nuestros pasos de cebra,
todos repletos de bastones y sillas de ruedas, es de 12 millones de inmigrantes.
España necesita negros, moros, chinos, judíos, sudacas... Y por lo tanto
habrá que habilitar un pasaporte a la nada para los cada vez más numerosos
neonazis que dificultan el desarrollo sostenible de nuestra producción,
y al fin y al cabo, de nuestra perpetuidad como patria. Qué risa, los locales
donde se entrenan los adolescentes para romper cráneos con sus bates de
béisbol serán en los próximos años centros de acogida. Las imprentas que
lanzan octavillas hitlerianas tendrán que usar la linotipia para editar
vocabularios bilingües. Y como nuestros politicastros siempre llegan tarde,
cuando los fascistoides dirigentes del Partido Popular intenten acomodar
a la medida de sus fauces la actual Ley de Extranjería, las gentes de buena
voluntad habremos convertido ya el paso entre África y Europa en el Estrecho
de Quebrantar, y no habrá ley que pueda evitar una nueva fusión de culturas,
un nuevo hermanamiento, la vuelta a los orígenes, el aplastamiento de la
inmoralidad que vocifera que nuestras diferencias son para separarnos.
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