¡Oh, el mundo gira!
DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 125
9-1-2000
La mamá rebelde
Italia, año 2000. Un pequeño pueblo donde vive una
familia de clase media, madre con 32 años de hija ya adolescente. El novio
de la niña, de 17, se fuga con la madre. Y se queda la familia de clase
media compuesta y sin novio. Pero nace una nueva historia de amor. Nace
una rebeldía, un venceremos, un el mundo tendrá que construirse a nuestra
medida y no nuestras vidas a la medida del mundo. Contra la mediocridad,
la mamá rebelde. Vaya faena, hacerle esto a una hija. Vaya alegría sin
embargo, hacerle esto a un yerno en ciernes. Y los pájaros seguro que pían
contentos con los dos enamorados blandiendo como arma mortífera los besos
que derriten. Y el viento susurrará entre las copas de los árboles, mientras
las hojas tintinean, que quererse es desterrar días grises y recomponer
el sentido de la vida. Porque ser mamá de una niña no es sólo parir, arropar,
dar de pecho, cantar nanas, alimentar, limpiar, enseñar a caminar, renegar,
vestir, comprar juguetes y luego libros y luego relojes, sufrir las ausencias,
estremecerse con los desplantes, tener al fin una nueva amiga, tan conocida
y tan distinta, dejarse de hablar, abrazarse, compartir intimidades, salirte
de tus casillas, cerrar los ojos cuando la ves con su primer novio. Ser
mamá de una niña puede ser también, demostrado queda, devolverse una misma
el favor del sufrimiento, aprovechar el momento, agarrar al chaval de la
cintura y huir hacia una nueva felicidad. Es renovarse la sangre, dejar
claro a tu hija que no depende de ti, y que la vida da tantas vueltas como
le dejamos que de. Una verdadera lección, una pequeña, escondida y admirable
clase magistral.
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MELGUENCIO