¡Oh, el mundo gira!
22-2-2000
“¿Cuántos
maristas caben en una pasarela?”
¿Cuántos políticos caben en una conmemoración?
¿Cuántos aniversarios serán fagocitados? ¿Cuántos subversivos muertos faltan
por utilizar? Hace cien años nació en Calanda el cineasta que no pudo
desarrollar su carrera en España “por rojo y por ateo”, según el profesor
Sánchez Vidal. Gracias a él, la corriente vanguardista más interesante del Siglo
tuvo un vehículo de masas. Trabajó para dar a conocer la injusticia social y
las contradicciones de la burguesía. Nos enseñó que sólo lo trasgresor
trasciende, que lo más inestable es lo establecido. Utilizó en su cine como títeres
al servicio de la revolución surrealista a gendarmes, sacerdotes, gobernadores,
embajadores. Ahora vienen ellos, y abren las fauces de cartón piedra para inmortalizar
sus sonrisas de flash. Buñuel dejó escrito que le gustaría salir de vez en
cuando de su tumba para leer los periódicos. Hoy no se lo recomendamos.