¡Oh, el mundo gira!
1-6-2000
Las piedras del
Coso
En la bimilenaria ciudad de
Cesaraugusta, hoy Zaragoza, se conservan algunos lienzos de su muralla romana.
En la zona de la ciudad cercana al entorno de la famosa Plaza del Pilar, se
levantan aún impresionantes lo que los zaragozanos llaman simplemente “las
murallas”. Pero el perímetro de la ciudad romana amurallada es, como en tantos
otros casos, absolutamente reconocible aún hoy en cualquier plano. Y uno de los
puntos donde se cerraba la urbe, antes de verse ceñida con la muralla medieval,
de perímetro más amplio, se encuentra donde la calle llamada del Coso dobla su
espinazo para dirigirse recta hacia el Ebro. Es frente a la calle de Espartero. Un letrero ¡del siglo
XVI! que parece que se va a desmoronar en miles de partículas de polvo nos
recuerda hoy el nombre histórico del lugar: “Las piedras del Coso”. Hace un par
de años, se procedió a demoler un edificio que ocupaba el solar del que
hablamos, que utilizaba como muro posterior la propia muralla romana. Al menos
seis filas de gruesos bloques de piedra y lo que parece el comienzo de un torreón
permanecían en pie, hasta que llegó la pala excavadora y mandó varios siglos a
tomar viento fresco. Cuando quedaban apenas tres hileras, la casualidad hizo
que un experto diera la voz de alarma. Imposible reconstrucción, arguyeron los
gobernantes, lo que se ha derribado está ya en la escombrera municipal y no se
puede recuperar. Dos años después, otra fila casi completa ha vuelto a
desaparecer (ahora sí que interesa a “alguien” tener esas piedras) y sobre el
mísero resto han echado arena. Pronto construirán el edificio previsto y
olvidaremos que durante centenares de años los zaragozanos se surtían de las
piedras del Coso para construir sus propias viviendas, a falta de canteras
próximas a la ciudad. Y que ahora, cubriendo sus vergüenzas de arena, los responsables
del tremendo desaguisado utilizan en beneficio propio la ausencia de
inquietudes culturales de todo un pueblo para construir viviendas ajenas. Vamos
mejorando.