¡Oh, el mundo gira!

 


DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 150

27-6-2000

 

El libro de instrucciones

 

Año 2000. Uno de los acontecimientos más importantes de la Historia de la Ciencia, y por lo tanto, de la Humanidad. Se presenta a la opinión pública el primer borrador del genoma humano. El proyecto de descifrar el código genético de las personas, iniciado hace 10 años, es hoy una realidad. Los seis estados más poderosos de la Tierra (USA, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón y China) han cooperado en poner a disposición de todos los pobladores del planeta esta valiosísima información. En dos años se habrá completado el mapa del cuerpo humano y los avances en biología y medicina serán espectaculares, al poderse recetar tratamientos específicos para cada paciente (farmacogenética) y erradicar enfermedades incurables.

 

Una persona se subdivide en 75 billones de células. En el núcleo de cada una de ellas, está absolutamente toda la información sobre ese individuo en concreto, de modo que en una célula de un dedo se encierra, por ejemplo, el gen que determina el color de los ojos. Cada núcleo tiene 23 parejas de cromosomas, formadas por uno del padre y otro de la madre. Cada cromosoma está compuesto por moléculas helicoidales de ADN, que contienen la información genética, mediante la combinación de cuatro llamadas “bases”. El orden de las bases es la información, y las secuencias formadas, en grupos de varios miles, forman los genes. Alrededor de 100.000 genes conforman un mapa completo de una persona, lo que se ha dado en llamar “el libro de instrucciones del ser humano”, puesto que contiene toda la información sobre el sujeto. Una vez conseguido desentrañar el orden exacto de las 3.000 millones de parejas de bases, y el número total de genes, el siguiente paso será conocer la función de todos y cada uno de los genes. De éstos, el 99,8 por ciento es idéntico para todos los seres humanos. Estamos ante la base científica de que nadie debe ser tratado de modo distinto según su herencia genética. Se abren nuevos caminos a la consecución de los Derechos Humanos.

 

Pero también se abren terribles posibilidades: a punto ha estado una empresa privada, Celera Genomics, de patentar el descubrimiento para uso comercial, que al final estará en Internet a disposición de toda la comunidad científica. Y conocer el código completo sirve también para fabricar humanos a capricho de quien detente el poder...

 

La investigación biológica abandona paulatinamente el concepto de “in vitro”, referido a los cultivos en tubos de ensayo. El nuevo concepto propuesto es “in silico”, referido al material del que están hechos los chips de los microprocesadores. La bioinformática permitirá acceder al mapa del genoma de cada uno, descubriendo el gen concreto que falta, que sobra o ha mutado, produciendo una enfermedad.

 

Y entonces llega el presidente de los Estados Unidos, que presenta orgulloso el descubrimiento, y dice que estamos aprendiendo el lenguaje con el que Dios creó la vida humana. Toma ya argumentación científica. Empezamos a entender qué es eso de la Cienciología...

 

Esperemos, por el bien de la Humanidad, que asiste atónita a tales prodigios, que pese a la manifiesta incompetencia de quienes nos gobiernan, el genoma sea declarado “Patrimonio de la Humanidad”, como reclaman los biólogos comprometidos éticamente. Sólo desde estos presupuestos se podrá erradicar el sarpullido de asco que produce que los avances científicos sean rentabilizados por bandadas de buitres cuyo genoma coincide con el de sus víctimas.

 

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