Las contradicciones de don Luis
Filmes de Buñuel comentados
Por Antonio Tausiet
Susana (Demonio y carne, 1950)
Divertida, sensual, revolucionaria, toda una pequeña joya del Buñuel mexicano, con formato de vodevil, basada en un cuento de Manuel Reachi.
Fernando Soler, Rosita Quintana y Buñuel en el rodaje
Susana (Rosita Quintana) es una bomba sexual que se escapa de su prisión tras engañar al mismo Dios. Como a esta diablilla no le gusta la araña peluda ni las ratas de su celda, reza con todas sus fuerzas para que se produzca el milagro. Y se produce. La pobrecita adolescente huye y encuentra refugio en la casa donde entra mintiendo y en la que pone patas arriba todo el mundo acomodado de una familia burguesa. Enamora al capataz, al hijo entomólogo y al mismo dueño y padre (Fernando Soler), que no puede evitar masturbar sus escopetas ante la vista del escote maléfico de Susana.
El demonio Susana llega a la hacienda, abre su escote y descoloca a todos
La única que se percata de la jugada del demonio es Felisa, la criada, en la línea de las criadas sabias sanchopancescas del sainete español. Al final el río vuelve a su cauce, la madre perdona a todos y aquí no ha pasado nada. Es el triunfo de la hipocresía burguesa, de los sepulcros blanqueados. Buñuel advierte al respecto: “Un espectador no avisado puede tomarse en serio este desenlace”.
La diablesa con el hijo en el pozo familiar; don Quijote rescatado de su cueva;
y la madre harta azotando a la perversa intrusa
Cultismo añadido: Susana seduce al hijo en el interior de un pozo, escena inspirada en la Cueva de Montesinos del Quijote, en la que se da la fusión entre imaginación y realidad tan del gusto de Buñuel.