El emblemático restaurante Casa Lac cambia de dueños


El establecimiento zaragozano Casa Lac, fundado en 1825, será sometido a una rehabilitación que obligará a cerrar sus puertas por un tiempo.

Fotógrafo: JOSÉ MIGUEL MARCO
Interior del restaurante Casa Lac, en Zaragoza.




VICTORIA MARTÍNEZ. Zaragoza | Los aires de renovación que está viviendo el Tubo zaragozano han llegado al restaurante más antiguo de Europa: Casa Lac cambia de dueños y con ellos llegará, previsiblemente, una rehabilitación integral. Tras dos décadas regentando este emblemático establecimiento, la familia Artiach-García ha llegado a un acuerdo para ceder el negocio. Ayer celebraron una fiesta de despedida para sus clientes habituales, aquéllos que han vivido con esta familia los agitados años del Tubo sentados en alguna de las sillas de madera de este edificio casi bicentenario.

"Hemos llegado a un acuerdo para ceder nuestro alquiler vitalicio del restaurante. La nueva empresa quiere rehabilitarlo por dentro, aunque deberá respetar la estructura, como los techos, que están protegidos", explicaba ayer Elena Artiach. Su madre, Ana García Susín, quien se encargó personalmente de encontrar las combinaciones adecuadas para restaurar el comedor cuando lo compraron, admitía que con Casa Lac la familia dejaba parte de su historia personal.

"Hemos pasado épocas muy malas, aunque ahora teníamos una clientela estupenda que nos animaba a seguir... Pero este cambio tiene también sus partes positivas. Sólo espero que los nuevos dueños mantengan la actividad del restaurante", decía Ana García. Ella aseguraba que, incluso, son muchos los clientes habituales a los que se les saltan las lágrimas cada vez que piensan en los tiempos que están por venir para Casa Lac.

Este establecimiento cuenta con la licencia de restaurante más antigua de Europa, y desde que lo fundara la familia Lac en 1825, nunca dejó de ser un negocio familiar, aunque cambiaran los apellidos. Los Lac pusieron una pastelería artesana en los bajos de la casa, y en el primer piso abrieron un comedor. En 1925, con motivo de su centenario, se restauró la primera planta al gusto modernista de la época, mientras el comedor se mantuvo igual.

Ricardo Artiach y Ana García Susín, cuando lo adquirieron, cerraron la pastelería y la convirtieron en bar. En la primera planta conservaron el comedor, que restauraron cuidadosamente hasta transformarlo en una joya de la arquitectura isabelina.

Con el cambio de dueños, Casa Lac cerrará sus puertas por el momento. Queda por saber cómo será cuando vuelvan a abrirse.

 

(Heraldo de Aragón, sábado 2 de agosto de 2003)