El Tubo busca su identidad entre grúas y nostalgia

Mientras crece a buen ritmo el flamante edificio de Puerta Cinegia, muchos locales tradicionales del Tubo están cerrando sus puertas (el último, Casa Lac).



PAULA FIGOLS. Zaragoza | Una joven pega la nariz a la puerta cerrada de Casa Lac, en la esquina entre las calles Mártires y Cuatro de Agosto. Una pequeña lámpara ilumina un rincón. Todavía se distinguen las mesitas bajas, el suelo "ajedrezado", la escalera modernista, el piano... Si se agudiza el oído, casi se pueden oír las tertulias, que se remontan a 1825. El restaurante más antiguo de España se despidió el pasado 1 de agosto. La joven se marcha desilusionada. "Lo han cerrado, otro más", murmura la tabaquera desde su puesto de cigarros en mitad de la calle desierta.

El Tubo, cuatro callejas donde han convivido el espíritu transgresor y el costumbrismo rancio, busca ahora su personalidad perdida entre el abandono histórico, las grúas, las casas en ruinas y los proyectos grandiosos. Los turistas -asesorados por las guías o por antiguos visitantes- todavía llegan a Zaragoza preguntando por el Tubo. ¿Qué queda de esa nostalgia con sabor a bohemia y a bocadillos de calamares?.

La entrada por la calle Mártires ilustra perfectamente la doble identidad del Tubo. A un lado, el edificio de Puerta Cinegia (que albergará viviendas, oficinas y comercios) crece a gran velocidad. Al otro, van cerrando las persianas y pasa páginas la historia. En la puerta de la antigua cervería La Viña, hay un cartel: "Este establecimiento cierra sus puertas después de 46 años de servicio, agradeciendo a su clientela la atención hacia él". Los Amigos cerró hace unos meses y ya no queda ni el cartel. Las máquinas excavadoras se han dado prisa en tirar el viejo edificio. En la que fue una calle bulliciosa, punto de encuentro, de negocios y de fiesta, sólo quedan dos locales abiertos: El Gastrónomo y Casa Colás.

En la esquina, la lamparita de Casa Lac pronto se apagará. "Da mucha pena. Aquí teníamos un ambiente muy especial, de luz baja, tertulia, artistas, actuaciones...", cuenta en el salón vacío Ana García, que ha dirigido el restaurante junto con su marido, Ricardo Artiach, y sus hijos en los últimos 18 años. El edificio ha cambiado de dueños y el nuevo propietario ha decidido cerrar el local. Quiere rehabilitar el inmueble y, previsiblemente, Casa Lac volverá a abrir.

Ana defiende Casa Lac como el ejemplo de modernidad e historia, pero es pesimista respecto al futuro. "El Tubo se acabó. Cierran los locales de toda la vida y vendrán bares de diseño. El sabor de siempre ya no se recuperará. Será otra cosa. La culpa es del Ayuntamiento, que ha dejado que esto se viniera abajo", sostiene.

Otro "clásico" permanece abierto, escondido entre los andamios perpetuos de la calle Cuatro de Agosto: la ortopedia La Francesa. "En aquellos años había que ponerle otro nombre y tener el escaparate cerrado. Todo el mundo sabía lo que se vendía, pero no se podía decir. Gracias a Dios, dejó de ser tabú", explica la dependienta, Milagros. Todavía entra algún despistado pidiendo tabaco; sólo venden condones desde hace 73 años. "Ahora estamos aguantando como jabatos a que terminen las obras. Con la esperanza de que vuelva la "vidilla", con más bares, más tiendas. Ya se nota el movimiento", afirma.

Junto a la curiosa ortopedia, Luis, el limpiabotas, sigue ejerciendo su oficio. Aunque ahora en verano cierra por las tardes. El deterioro del entorno ha pasado factura en casi todos los negocios. El olor a humedad y abandono impregna las viejas casas.

Una calle más allá, en Estébanes, Bodegas Almau recoge el testigo de ser el local más antiguo del Tubo, fundado en 1870. "Especialidad, vermú y anchoa salmuera con cazalla", anuncia en la puerta. Dentro, es un pequeño museo del vino y la tertulia. Por su barra pasan famosos de la cultura, vecinos del barrio y clientes de toda la ciudad.

"Todo lo que venga es bueno: oficinas, viviendas, comercios. En los últimos años hemos estado casi solos y hemos visto desaparecer negocios de medio siglo", afirma Miguel Ángel Almau, bisnieto del fundador. Aunque, como todos, añade: "El nuevo Tubo no será lo mismo...".

 

(Heraldo de Aragón, sábado 9 de agosto de 2003)