El
niño de mis ojos
Una
memoria personal del cortometraje aragonés
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Esta sección
fija va a intentar, por una parte, destacar una serie de trabajos
que por su indudable calidad artística se han ganado un puesto
de honor en el audiovisual aragonés. Y por otra, rescatar
del olvido o la indiferencia obras que merecen ser traídas
al presente de nuestra memoria por méritos propios.
Todas, en
fin, piezas que en su momento me enamoraron, -el porqué,
trataré de explicarlo, aunque en esto de los afectos nunca
hay respuestas unívocas, sólo subjetivas-, y que adopté
casi como retoños a los que intento seguir cuidando con esmero.
Son obras,
en cualquier caso, imprescindibles en esta historia fragmentada
y siempre serpenteante de la imagen en Aragón, pues conforman
esas imágenes grabadas para siempre en nuestra retina y que
a partir de ya, forman parte del imaginario audiovisual aragonés...
o al menos del mío.
Es
una historia de amor (1997), de José Ignacio Tofé
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Pensar en el
vídeo minuto de José Ignacio Tofé, Es una
historia de amor, lleva a una sonrisa inevitable, puesto que
esta hilarante y entrañable historia provoca la carcajada
y la sorpresa siempre que vuelve a ser proyectada. Como programadora
de eventos audiovisuales, he comprobado que es una de las piezas
que mejor sobreviven al paso del tiempo: siempre gusta e inevitablemente
capta la atención del espectador -valores fundamentales para
cualquier obra, pero muy difíciles de cumplir normalmente-.
Esta historia
nos cuenta en un minuto las relaciones de amor entre un tomate,
una lechuga y una cebolla, cuyos efluvios llegarán en forma
de ensalada hasta una pareja, provocando que se declaren mutuamente
su amor y sean felices para siempre.
Se trata de
una narración oral del propio director mirando a cámara
en plano medio. El
decorado es un escueto telón negro y todas las labores (guión,
dirección, producción, etc etc...) las asume José
I. Tofé. De presupuesto cero, esta obra consigue un dinamismo
y una rapidez tal que casi no deja entrever una de sus grandes virtudes:
el montaje que conlleva y que se convierte en eje fundamental (espléndido
el detalle del cigarrillo de después), junto con una actuación
sobria y contenida, acompañada de una dicción perfecta
(es mucho texto para el breve espacio de un minuto, pese a lo cual
Tofé consigue que le entendamos perfectamente).
Como toda narración
o cuento clásico que se precie, tiene un prólogo,
un desarrollo de la trama y un epílogo, en este caso, feliz:
"se dan cuenta de que están muy enamorados el uno del
otro, se quieren mogollón y a partir de entonces son felices".
¿Quién da más?
Obra realizada
en formato VHS en el año 1997 y ganadora del Accésit
en la III Edición del Concurso Aragonés de Vídeominuto,
1997. Todo un clásico.
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Vicky Calavia
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