Semana
del Cine y la Imagen de Fuentes de Ebro (Zaragoza) 2004
:::
Ocho
cortometrajes en competición, tres Óperas Primas,
cuatro documentales y seis cortometrajes más en la sección
de exhibición. Veintiuna películas aragonesas proyectadas
a lo largo de los nueve días de la Semana del Cine y la Imagen
de Fuentes de Ebro. Este es el balance de la nueva cosecha de producciones
realizadas en nuestra comunidad desde la pasada edición de
este certamen. Un jurado compuesto por Fausto del Real (guionista
y director de cine procedente de Cuba), Sagrario Saiz (directora
del centro territorial de TVE Aragón), Paula Ortiz (directora
de cortometrajes y ganadora en la SCIFE 2003), María Bardem
(directora y montadora de cine) y Benito Rabal (productor y director),
se encargó de otorgar los premios de las diferentes categorías
que contiene el festival.
En los cortos
de exhibición hubo trabajos que perfectamente podían
haber formado parte de la sección oficial. Nombres tan conocidos
como Toni Mollá, Fernando Vera, Roberto Aznar, Emilio Gazo,
Carlos Baselga, Javier Estella y José Manuel Fandos firmaban
las películas. Todos ellos con obras bien realizadas. Incluso
un título como La niña y el unicornio, de Estella
y Fandos, hizo gala de una solvencia y una sensibilidad narrativa
que hacen extrañar su ausencia en la selección final
de cortometrajes.
El galardón
al Mejor Documental recayó en la nueva colaboración
entre el alpinista Carlos Pauner y José Manuel Herráiz.
Si el año pasado nos deleitaron con el ascenso de Pauner
al Makalu, en esta ocasión se centran en una nueva expedición
a otro lugar que relatan en Kangchenjunga. Historia de un superviviente.
El material del montañero vale su peso en oro y Herráiz
sabe aprovecharlo demostrando su valía como montador. Y esto
sin menoscabo del resto de trabajos, todos ellos valiosos: Aragón
Audiovisual de Germán Roda, Azafrán, recogida
y elaboración ancestral de Ignacio Gil y La huella
española en Tombuctú de Sonsoles Galindo.
Respecto a
los cortos realizados por noveles, Máximo Pinilla con su
Alarma se hizo acreedor del premio a la Mejor Ópera
Prima. Pinilla elige para su debut la comedia, género difícil
pero muy agradecido si sale bien. Su corto posee gracia y un ritmo
ágil, cualidades que seguramente pesaron en la decisión
del jurado frente a las otras dos obras. Éstas fueron Metamorfosis
de un fanático de Javier Campo y Decisiones de
Antonio Valdovín y la actriz Ana Esteban. Ambas aconsejan
estar atentos a los próximos pasos de sus realizadores pues
nos pueden dar agradables sorpresas.
Finalmente,
nos queda repasar lo que fue la Sección Oficial de cortometrajes
de ficción, compuesta este año, como ya hemos adelantado,
por ocho películas. Al límite de Jesús
Marco es una crítica de los programas televisivos que se
aprovechan de los sueños y aspiraciones de la gente. Su principal
baza es el trabajo de su joven actor protagonista, Tino Moreno,
que desprende entusiasmo y credibilidad por lo que hace. Alma
de Miguel Lobera es una poética historia de amor en la que
el hombre ha perdido la ilusión y ella, sordomuda, intenta
que la recobre por todos los medios. Su estilo huye de la narrativa
convencional para tejer esta obra sobre la necesidad de seguir soñando.
Filmada en blanco y negro, contiene imágenes poderosas y
bellas que le hicieron obtener los premios a mejor cortometraje,
dirección y guión. Amne de Elena Cid apuesta
por el thriller. Apoyada en el buen hacer de sus actores,
Néstor Arnas y Miguel Aparicio, construye una historia de
engaños y traiciones que se resiente en su parte final, pero
que no deja de ser un buen ejercicio de creación de atmósfera.
Canfranc 1943 de Jesús Obón y Carlos Ondiviela
se sustenta en un guión original inspirado en hechos reales
recogidos en el libro El oro de Canfranc de Ramón
J. Campo. Los autores del texto le dan la vuelta a la historia introduciendo
un elemento irónico. Este insólito trabajo obtuvo
los galardones a mejor actor, el inefable Jesús Guzmán,
dirección de producción y premio del público.
El niño que jugaba con trenes de Jorge Blas posee
una manufactura impecable. Cuenta como un niño sueña
con atrapar un tren, sin apenas diálogos, dando la palabra
a las imágenes bellamente fotografiadas por Fernando Torres
que obtuvo su correspondiente y merecida estatuilla. Un cambio drástico
en la trayectoria de Blas que introduce ahora un acertado componente
social sin dejar de lado su capacidad de fabulación. También
se llevó el premio al mejor montaje. En el agua de
Javier Estella y José Manuel Fandos es un sugerente relato
sobre una mujer que se niega a aceptar la pérdida de su novio.
Merecedor del galardón a la mejor actriz, Raquel Arenas,
es un corto que deja con ganas de más. En la creación
de un ambiente cercano a la ensoñación, mucho tienen
que ver la magnífica fotografía de Arturo Briones
y la dirección artística de Oscar Sanmartín.
La chica de la cárcel de Fernando Usón cuenta
la peculiar relación que se establece entre un joven preso,
encarnado por Tino Moreno, y una monitora, que interpreta Carmen
Cuello. Usón no deja de sorprender. Por un lado, cambia de
registro y ahora opta por el drama, frente a la desternillante comicidad
de su anterior Caridad. Por otro lado, su estilo, reposado,
atento a las miradas de los personajes y con una elegancia narrativa
muy de agradecer. Además, cuenta con secundarios de lujo
como Gabriel Latorre y Kiti Manver, que siempre son un gran apoyo.
Y por último Parking de Pablo Aragüés
quien vuelve a demostrar su gran capacidad visual y su dominio de
la planificación en esta obra que critica el consumismo.
Este corto obtuvo el premio a la mejor música original, compuesta
por Patxi Irache.
El año
que viene más. ¡Ánimo a todos!
www.scife.es
:::
Luis Antonio
Alarcón
|