Inventario
de Inventario
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Se ha celebrado
en Zaragoza desde el 29 de abril de 2004 y hasta el 15 de julio,
un ciclo sobre el audiovisual aragonés: Inventario,
ideado, gestionado, planificado y programado por Vicky Calavia.
La encargada
Lo
primero que hay que explicar es quién es Vicky. Se trata
de una ciudadana zaragozana que lleva muchos años dedicada
en cuerpo y alma a dar a conocer el cine y las artes audiovisuales
en multitud de foros. Su trabajo se ha podido disfrutar tanto en
sedes académicas (cursos sobre análisis fílmico
en universidades) como en diversos centros culturales municipales
(talleres de análisis y debate en torno a la imagen cinematográfica).
Ha pertenecido a varias asociaciones culturales, desde las que ha
organizado certámenes, muestras y festivales; varios locales
de la ciudad han albergado ciclos de audiovisual aragonés,
donde se valoraba además de la calidad de las obras, el interés
humano y social de los productos a mostrar (Cortos de Café,
en el desaparecido restaurante Casa Lac...); también ha coordinado
instalaciones interdisciplinares, siempre con el ingrediente esencial
de los productos audiovisuales; y comisarió la gran exposición/muestra
sobre los últimos cincuenta años del audiovisual en
la región (Travesía). Es sólo una pequeña
muestra de sus actividades.
Ahora, como
decimos, ha organizado estos cuatro meses de repaso a la producción
en cine y vídeo aragoneses. Exceptuando las tareas propias
de profesionales de las distintas televisiones con sede en Aragón,
el grueso de la producción audiovisual local es característicamente
amateur. Y no por ello menos interesante: cualquiera de los géneros,
temáticas o técnicas de esta disciplina han tenido
y tienen multitud de exponentes dignos, que este Inventario se encarga
de dar a conocer, continuando la labor emprendida en la gran aventura
de Travesía.
El desarrollo
Las doce sesiones
del ciclo han atraído a un buen número de espectadores,
que encontraban, en algunos casos, piezas inéditas; en otros,
pequeñas joyas que no suelen tener cabida en ningún
otro entorno; y siempre un espacio de descubrimiento de una producción
artística que suele estar escondida en estanterías
con demasiada penumbra alrededor.
El arranque
fue de campanillas: el pintor emergente Óscar Sanmartín
reflexionaba sobre su obra en un documental inédito de Nanuk
Producciones Audiovisuales, y pudimos ver también otras
obras de esta productora, formada por los experimentadísimos
Javier Estella y José Manuel Fandos.
Como en todos
los demás casos, Vicky Calavia ofrecía un aliciente
más, organizando una pequeña exposición
en la librería del Centro de Historia de Zaragoza, museo
que ha albergado el ciclo: objetos relacionados con los rodajes
y la trayectoria de los autores de los audiovisuales presentados
(atrezzo, material técnico, fotogramas, premios, publicaciones,
carteles, programas de mano, objetos de coleccionismo cinematográfico
-revistas, libros, fotografías-) y hasta un encuentro
con los realizadores, regado en ocasiones con vino.
Siguió
el repaso con el monográfico sobre el pintor y cineasta Eduardo
Laborda, gran clásico de la defensa de la intrahistoria
de la ciudad: artistas rescatados del olvido, locales con sabor...
Todo un mundo personal, que comparten los que fueron jóvenes
en las décadas de los setenta y ochenta, y también
quienes se siguen interesando por el lado cotidiano de las calles
zaragozanas y el microcosmos que albergan.
Después
le tocó el turno al grupo La Estética Moderna,
cuyos integrantes han sabido sobrevivir a la movida, y siguen fabricando
cortometrajes, siempre teñidos de una retranca aragonesa
envidiable: da igual si se trata de un vídeo clip, de un
documental o de una delirante historia de ficción...
La técnica
de la animación tiene responsables aragoneses destacadísimos:
desde Mercedes Gaspar, ganadora de un premio Goya, hasta Álvaro
Rigual, siempre con sus bromas frescas, Alberto Calvo y su incombustible
Supermaño, o Luis Zamora, el oscense que nos estremece con
su lápiz. Todo esto y mucho más se pudo contemplar
en la sesión correspondiente.
Y en la siguiente
vimos el trabajo de Víctor Lope adaptando un texto
teatral comprometido, desde su original mirada, siempre erudita.
No podía
faltar un homenaje a Manuel Rotellar, ese aragonés
autodidacta, actor, crítico de cine y escritor, que falleció
hace ya veinte años y que constituyó un puntal imprescindible
para entender el mundo del cine aragonés. Se proyectaron
las obras de José Luis Pomarón en las que participó.
Clemente
Calvo, fotógrafo, cineasta y lo que se tercie, preparó
un compendio de su obra cinematográfica experimental. Un
mundo propio de sensaciones, cerrado, a veces críptico, siempre
sorprendente, naturalezas muertas que cobran vida a través
de la mirada sensible de este absoluto outsider, que además
pergeñó un documental didáctico sobre cómo
preparaba artesanalmente sus cortometrajes.
La sesión
que recopiló "vídeominutos", piezas
de un minuto realizadas expresamente para los certámenes
que vienen celebrándose en nuestra región desde hace
diez años, mostró decenas de estas obras, tanto las
premiadas en dichos festivales como las que se quedaron fuera pero
merecían igualmente haber ganado.
En el siguiente
pase, los inquietos Chiribito Films ofrecieron sus trabajos
de los años ochenta. Carlos Pomarón, Juan José
Lombarte y Jesús Ferrer nos deleitaron con su visión
inteligente, que mezcla la experimentación con "pinceladas
de cine clásico", como apunta acertadamente Armando
Serrano (Artymagen).
Los pases del
mes de julio arrancaron con el vídeo experimental,
una concepción contemporánea de las imágenes
en movimiento, que se sigue haciendo hueco en los circuitos de las
últimas tendencias, y que nació a mediados del siglo
veinte para convertirse en el lado más creativo de la técnica
que se emplea para que veamos la televisión, ese invento
que nos desune a todos. En Aragón, los corredores de fondo
del vídeo siguen sorprendiendo con sus pequeños apocalipsis
o sus grandes menudencias.
La selección
titulada "El off de los festivales" estuvo dedicada
a rescatar tanto la producción que se quedó fuera
en los palmarés de las distintas muestras competitivas donde
se presentó, como las pequeñas obras de arte que nunca
hicieron pasear a sus autores por los festivales en los que ni siquiera
compitieron. Una producción que, sorprendentemente, alcanza
niveles iguales o mejores que otras piezas multipremiadas.
Y la última
de las sesiones de esta muestra fue la titulada "Nuevos
lenguajes": aquí tuvieron cabida animaciones para
su difusión en Internet, creaciones cuyo ingrediente básico
es el mundo de las nuevas tecnologías, y en definitiva ese
nuevo salto en el mundo audiovisual que se está dando desde
hace unos años, dejando a un lado el soporte fílmico
y aun el videográfico, y considerando el ordenador como herramienta
básica para la creación.
Corolario
Todas estas
exhibiciones de lo que los aragoneses somos capaces de generar en
el siempre difícil mundo de la imagen en movimiento, han
sido celebradas en el salón de actos del Centro de Historia
de Zaragoza,
no sin algunas dificultades. Los responsables de dicho espacio parecían
haber dado orden a sus funcionarios y servicio de seguridad de que
el acceso a la sala fuese lo más dificultoso posible: puertas
cerradas, indicaciones de que el espacio museístico del edificio
ya no estaba abierto al público, exposiciones que entorpecían
el paso a las proyecciones, o charlas conflictivas que se celebraban
allí por decisiones políticas de última hora
(como la del representante del estado de Israel, que reunió
-con toda la razón del mundo- a un nutrido grupo de manifestantes
pro-palestinos, y el consiguiente despliegue policial que impedía
el acceso a la sesión de Inventario correspondiente,
a base de sus típicos empujones y malas maneras).
Pese a todo
ello, el éxito de público ha sido tan rotundo como
explicable: no todos los días se puede ver en una gran pantalla
la producción audiovisual aragonesa. De hecho, la mayor parte
de los espectadoresde la tierra desconocen su existencia. Esperamos
que el nombre de esta entrega ("Primera Muestra Audiovisual")
augure próximas citas en los próximos meses, que vayan
dejando claro que el cine y el vídeo aragoneses están
vivos y coleando.
Como dijo recientemente
uno de los miembros de un colectivo cuya obra se proyectaba en Inventario,
Vicky Calavia puede definirse con las mismas frases que rezan en
el escudo de la ciudad de Zaragoza. Su dedicación al audiovisual
aragonés es "Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Muy Benéfica,
Siempre Heroica e Inmortal". Que siga así y se le vaya
reconociendo. Por nuestra parte añadimos que este artículo
recopilatorio lo hacemos, en la medida de lo posible, "a beneficio
de Inventario".
www.inventario.ws
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Antonio Tausiet
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