Los Cines Goya, una oportunidad perdida
Entrada a los cines Goya, en agosto de 2007, dos años cerrados, aún
con los carteles del último evento celebrado allí: Cinefrancia 2005
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El 30 de septiembre de 2005 los cines Aragón y Goya llevaron a cabo sus últimas proyecciones como salas de estreno. En 2000, la empresa catalana Lauren Films se había hecho cargo de ellos pero ya no podía permitirse el seguir manteniéndolos; en junio de 2004 anunciaron suspensión de pagos. Hasta hoy, los Aragón no han vuelto a usarse. Los Goya pudieron dar un coletazo final cuando en noviembre de 2005 lograron ser alquilados por la organización de Cinefrancia. El Festival de Jóvenes Realizadores, al mes siguiente, intentó conseguir este espacio pero ya no lo logró. Desde entonces, los Goya tampoco han conocido actividad. Si pasan por la calle San Miguel, verán en la cartelera que da a la calle como todavía se mantienen los poster de la edición de Cinefrancia de ese año. Nunca este festival, del que también se rumorea su desaparición, ha tenido un mejor lugar para celebrarse (salvo en su primera y segunda edición en que se contó con los cines Renoir).
Mientras el abandono se instala y el polvo se acumula, nuestro Ayuntamiento no cuenta con unas salas municipales para la exhibición cinematográfica de su oferta en buenas condiciones. Y así pasa lo que pasa. Esa caja de cerillas que es la Filmoteca sigue siendo el único lugar que el consistorio posee. Pero, además de que casi sólo se emplea para actividades propias de la Filmoteca , es un espacio indigno e incómodo. Todos recuerdan, con cierta sorna, como al principio la luz de la proyección se reflejaba en el techo y tuvieron que forrarlo para solventar este problema; como durante un tiempo, 5 de sus 115 butacas estaban siempre inutilizadas; o como se queda pequeña cada vez que hay una película que atrae a más público del habitual. Evidentemente mejor eso que nada, y más si hablamos de la Filmoteca , pero hace tiempo que deberían haberse tomado medidas. Después de que el, tan cacareado, plan para convertir el pabellón de España tras la Expo en la Ciudad o Museo del Cine parece definitivamente abandonado (nadie llegó a creérselo del todo), ahora se habla de otra vieja idea bloqueada hasta hace poco por un conflicto de intereses políticos entre distintos partidos: recuperar el palacio de Fuenclara como sede de los dos departamentos de la Filmoteca. Estaría muy bien. Imagino que hasta después de la Expo no veremos en qué quedan estos proyectos, aunque motivos hay para ser escéptico.
También el salón de actos del Centro de Historia se emplea para proyectar cine (la Muestra de Cine Realizado por Mujeres o Cinefrancia han contado con este espacio). Pero este lugar no se concibió para tal función. Solamente se había previsto su acondicionamiento para exhibir vídeo y dvd, teniendo un cañón a tal efecto. Y así, la pantalla estaba adaptaba para este cometido. Poco después se cambió la pantalla y se colocó una más grande para poder mostrar películas en celuloide. De un tamaño más o menos cuadrado se pasó a uno rectangular. Cada vez que se pasaban películas se tenía que alquilar un proyector, hasta que por fin se compró uno. Pero como la sala no se diseñó para cine, hay un grave problema con el sonido que se distorsiona y reverbera hasta el punto de que las películas habladas en español no se entienden perfectamente. Por no hablar de la molesta luz que se cuela por los ventanales en las sesiones en que todavía es de día.
Del mismo modo, la sala Luis Galve del Auditorio se ha acondicionado como cine para eventos en los que el Ayuntamiento estaba metido como Cinefrancia o Jóvenes Realizadores . Es decir, otro espacio que no es un auténtico cine.
Ante esta situación, lo lógico hubiera sido hacerse con los cines Goya , en cuya sala 4 incluso puede programarse teatro (como si también estuviéramos sobrados de lugares para representaciones teatrales). No sé si hubo algún tipo de negociación con la empresa Parra , propietaria de los cines. En cualquier caso no se publicó nada al respecto. Yo creo que el Ayuntamiento debería haber hecho lo imposible para quedárselo en propiedad. Seguro que había muchas fórmulas para hacerlo ante la primera excusa que seguramente alegarían, el dinero –que sí tienen para lo que quieren–. Pero mucho me temo que ni siquiera lo han intentado. De nuevo, otra prueba del escaso interés que hay por el cine en la administración. Una vez más, acabaremos perdiendo otro espacio emblemático y magníficamente situado en nuestra ciudad. El tiempo pasará, seguiremos sin contar con salas de cine municipales y nos quedaremos sin un edificio que tan sólo está declarado como de interés ambiental.
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Luis Antonio Alarcón
Zaragoza, 18 de julio de 2007
www.cinegoza.blogspot.com
Post Scriptum: Parece definitivo que los cines Goya van a convertirse en oficinas.
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