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LA INCINERADORA

revista de opinión cinematografica
número 9

 

 

PUNTOS SUSPENSIVOS

SUSANA, EL CINE Y LA LITERATURA

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El éxito de lo normal.
Smoke, de Paul Auster y Smoke, de Wayne Wang

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El éxito de lo normal. Y lo normal en estos tiempos es ser negro de alguien. Paul Auster lo fue en Europa para poder sobrevivir, al igual que antes había sido marino en un petrolero o cuidador de una finca. Quizá de no haber desarrollado esas actividades no habríamos degustado después el maravilloso sentido de la cotidianeidad que destila en todas sus historias.

Lo normal, lo cotidiano es en Smoke el personaje del estanquero. En la primera experiencia directa de Auster con el cine (antes Philip Haas había adaptado su novela The music of chance) el personaje clave del cuento original es Auggie Wren y lo encarna en la pantalla el actor Harvey Keitel, que luego también será Izzy, el saxofonista de Lulu on the bridge, la película que Auster se lanzó a dirigir en solitario. Una evolución normal, como normal fue la actitud primera de Paul Auster de ceder los derechos de su cuento Auggie Wren's Christmas story a Wayne Wang, desentendiéndose de la futura peli. Wang lo había leído en el New York Times y quiso hacer una película de Navidad que un desconocido para él, un tal Paul Auster, había escrito. No contaba en principio con que Auster, que sí conocía a Wang, acabara vinculándose de tal manera que escribiera el guion e incluso se encargara de parte de la producción. Fue normal.

Normal es el humo, el del tabaco que vende Auggie en su estanco. Paul AusterEl humo que está en todas partes pero no está en ninguna. Humo que observa sin que se note. No lo ves pero si lo buscas siempre se halla. El humo es muchas cosas a la vez. Se refiere al estanco, por supuesto, pero también a la forma en que el humo puede oscurecer las cosas y hacerlas ilegibles. El humo es algo que nunca está fijo, que cambia constantemente de forma. De la misma manera que los personajes de la película cambian cuando sus vidas se cruzan... Señales de humo... Cortinas de humo... El humo elevándose en el aire . El estanco es su lugar habitual. En él confluyen y a él devienen los problemas más trascendentales de los personajes de la historia, seres humanos como tantos otros.

Asuntos como el pasado vivido y el no vivido, el recordado y al añorado, todo junto y revuelto en el personaje de Stockard Channing. Uno de tantos, tantos que fueron completándose con las Notas sobre el personaje que Auster acabó escribiendo para muchos de los papeles, no sólo biografías e historias familiares, sino la música que escuchaban, la comida que tomaban, los libros que leían, todo lo que pudiera ayudar al actor a meterse en su papel .

Otro tema polémico, la legalidad o lo que la sociedad dicta como ley o norma de conducta y lo que se le antoja como malo, raro o despreciable. Fumar, Cuba... Dentro de poco sonreír a un extraño será un delito. Paradójico. La paradoja continúa y arriesga.

Pero Auster tampoco se asusta ante otro asunto espinoso para él mismo: el quedarse en blanco. Incluso lo aborda con ironía, la del escritor que se fuma su propio libro. El escritor en esta historia es Paul Benjamin / William Hurt, un hombre con interesante pasado pero de incógnito presente. De ahí su relación con un chico negro,El cuento de Navidad de Auggie Wren Rashid Cole (el debú de Harold Perrineau, Jr.), tan amante de la limonada que resulta inevitable no acordarnos de Sostiene Pereira, otra peli literaria con limonada y “omelette a las finas hierbas”.

Asuntos, temas, problemas de los personajes varios y todos: Sin embargo y casualmente, el estanquero es el artista de esta comunidad que protagoniza Smoke . El más cotidiano de todos los personajes es el que hace arte; arte como algo normal. Igual que el cartero, llueva, nieve o granice, ahí está Auggie y sus fotos . Fotos. Arte que está en la realidad misma. Sólo hay que descubrirla, saber mirarla. Sólo así podrán extraerse las máximas que nos mantienen vivos y activos. El tiempo mantiene su ritmo a pesar de las fatalidades , dice el personaje de Cyrus en la voz del único actor que Paul Auster veía como tal, el genial Forrest Whitaker. Si ocurre, ocurre, y si no ocurre, no ocurre. Nunca sabes lo que va a pasar luego y precisamente cuando crees que lo sabes es cuando no tienes ni puta idea. A eso lo llamamos paradoja . La vida como paradoja. Smoke como película. Ambas como comedia. En las tragedias todo el mundo acaba muerto (...) En las comedias todo el mundo sigue de pie y la vida continúa . Pues eso.

 

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Susana

 

 
www.tausiet.com