...Sólo
hay sed y el desierto para correr
El
estado de la creación audiovisual en Aragón
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Al este
del Moncayo
es el título de esta sección que encabeza el nuevo
apartado dedicado al audiovisual aragonés dentro de la revista
digital de cine La incineradora. Tratando de encontrar un
epígrafe válido pensaba en una frase que definiera
el estado de la cuestión, a la par que sugiriera la emoción
de todo aquel que ama y trabaja la imagen en esta región.
Y nada mejor que esa magnífica canción de Mauricio
Aznar, Maldita sea mi suerte, para explicar a la perfección
ambas cosas:
...pero
al este del Moncayo sólo hay sed
y el desierto para correr.
Y maldita sea mi suerte por quererla
como si fuera mi mujer,
como nadie la podrá querer.
Esta canción,
que pertenece ya al imaginario personal y colectivo de tantos aragoneses,
resume a la perfección la situación del artista en
Aragón, en global, y concretando más en el caso que
nos ocupa, el arduo camino del audiovisual. Esta comunidad que ha
dado grandes cineastas de la talla de Segundo de Chomón,
Florián Rey, José Luis Borau, Carlos Saura o Luis
Buñuel, autores malditos y de culto, como Antonio Maenza
y el recientemente fallecido Antonio Artero, y una larguísima
lista de realizadores amateurs inclasificables que abarcan múltiples
tendencias y géneros, esta región que cuenta actualmente
en su haber con más de 110 autores en activo y una extensísima
producción documental, de ficción y experimental,
carece de los apoyos más básicos para sustentar tanto
y tan buen material.
No
existen apenas iniciativas ni públicas ni privadas que se
ocupen de la formación (una Facultad de Bellas Artes y/o
de Ciencias de la Información), salvo honrosas excepciones
como los cursos de postgrado sobre lenguaje audiovisual que impartía
Javier Paricio en el ICE (cursos que lamentablemente han dejado
de existir), módulos como el de Imagen y Sonido que se imparte
en el IES Los Enlaces, o las titulaciones que imparte el CPA (Centro
de Producción Audiovisual), a saber, Técnico Superior
en Realización de Audiovisuales y Espectáculos y Técnico
Superior en Producción de Audiovisuales, Radio y Espectáculos.
El Centro de Tecnologías Avanzadas de Zaragoza es un centro
de formación ocupacional del Instituto Aragonés de
Empleo (INAEM) que ofrece seminarios y talleres sobre Tecnologías
de Información y Comunicación.
No existen
tampoco canales de difusión adecuados, como por ejemplo una
televisión autonómica. A la espera de su creación
-con fecha prevista entre abril y octubre del 2005-, y tras un sin
fin de malas gestiones encadenadas a lo largo de los años
-y del disgusto generalizado para el sector que supuso el alquiler
del centro destinado a tal fin para la instalación de una
nueva televisión privada, Antena Aragón, que ha sido
a la postre la que mayor audiencia ha conseguido, seguida de RTVA
actualmente-, la oferta existente se limita a las desconexiones
territoriales de Televisión Española y a las emisiones
de varias cadenas privadas locales: Antena Aragón, Radio
Televisión de Aragón, Canal 44, Localia,...
También
carecemos de una adecuada red de distribución y exhibición
de todo este material. Respecto a la distribución, se hace
impensable mover en el mercado nacional cortometrajes desde una
región tan poco favorecida económicamente y tan carente
de empresas productoras y de mercado. El único modo de que
las obras circulen dentro y fuera de la comunidad es su participación
en concursos y festivales, teniendo en la adquisición de
premios el mejor vehículo para darse a conocer más
allá de nuestras fronteras.
En cuanto a
la exhibición, esta tierra ha contemplado muchas y muy variadas
iniciativas que se han sucedido a lo largo de los años en
forma de cine clubs, colectivos, asociaciones, tertulias, etc.,
que han hecho una importantísima labor de difusión
del cine y del vídeo hecho en Aragón o por aragoneses,
pero que no han cuajado de un modo efectivo y real como para tener
continuidad, en muchos casos por la falta de unos apoyos económicos
mínimos para su subsistencia. En la actualidad los Festivales
y Muestras cubren este hueco, siendo los lugares idóneos
para dar a conocer al público los últimos estrenos
y en algunos casos retrospectivas de tanta producción caída
en el olvido.
Un elemento
imprescindible es acercar al espectador -y a los propios realizadores-
a la historia y la memoria de su propio patrimonio en el campo de
la imagen para fomentar la comunicación entre ambos y favorecer
las vías de información, básicas para poder
seguir desarrollando nuevas iniciativas artísticas, explorando
los lenguajes ya iniciados o inaugurando nuevas formas de expresión.
Con todas estas
premisas queda claro que no existe un tejido industrial de base
que sustente las iniciativas de los creadores, con el agravante
añadido de la falta de apoyos económicos por parte
de las instituciones -en este sentido se hacen esfuerzos, pero la
apuesta debería ser mayor para impulsar al sector como se
merece-
Así
que, como reza el encabezamiento del artículo, ...al este
del Moncayo sólo hay sed, y el desierto para correr...,
a pesar de lo cual han surgido, surgen y surgirán grandes
y pequeños talentos, alentados quizá precisamente
por esta precariedad que en cierto modo aguza el ingenio... y por
el amor a una tierra árida, desértica en recursos
económicos, de formación, infraestructuras, exhibición...,
que sigue a la espera de curar una herida abierta, que sigue sangrando
conforme va pasando el tiempo y no encuentra modo ni manera de cicatrizar.
El estado de
la cuestión es bastante desolador para los que amamos toda
la belleza que nos ha dado y sigue dando el mundo de la imagen en
esta tierra, aunque, obstinados como somos, seguimos tarareando
aquello de
y maldita
sea mi suerte por quererla
como si fuera mi mujer,
como nadie la podrá querer...
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Vicky Calavia
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