EL TERCER CINTURÓN: EL ASCO Y LA RABIA

Por Antonio Tausiet

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Hace doce años que el cinturón de circunvalación de Zaragoza debería haber sido cerrado, terminado: abierto. Estos días anuncian la inauguración de una parte como si fuera el todo, y los ciudadanos se alegran de que, aunque les mientan, hagan algo entre robo y robo. El cinturón, que quedará en la memoria de los zaragozanos como dogal de la vergüenza, monstruo de colmillo inmobiliario que arrasó con el pinar más grande de la ciudad, dividiendo a ésta de su propio cementerio, habiendo una alternativa racional pero menos rentable para esos a quienes no basta con chupar la sangre sino que precisan devastar y asolar en lo que llaman negocios legales.

 

Cuando por fin esté acabado (quién sabe cuándo), doce barrios de la ciudad quedaran unidos por una vía de tráfico rápido: Oliver, Valdefierro, Miralbueno, Las Delicias, Romareda, Casablanca, Torrero, La Paz, San José, Las Fuentes, La Jota y Picarral.

 

Mientras, se ha practicado un orificio suficiente como para que esta autovía lo atraviese en un acueducto alzado por Ramón de Pignatelli, habiendo una alternativa que conservaba el monumento.

 

Mientras, el enlace Margen Izquierda-Delicias (Vía de la Hispanidad) permanece sin remodelar, con la Espada de Damocles de un proyecto deshumanizado que pretende olvidar al peatón con la implantación de diez carriles, diez.

 

Mientras, un espacio pionero en el Movimiento Moderno de Arquitectura, el Rincón de Goya, permanece abandonado justo al lado del Tercer Cinturón.

 

Mientras, los patos del Canal Imperial pueden mirar hacia arriba y comprobar que en el terrible viaducto que cruza sobre sus cabezas no hay adecuación para peatones minusválidos, contra la normativa vigente.

 

Mientras, el tráfico del centro de la ciudad se ha reducido los primeros días un 20 por ciento.

 

Menos mal: una de las condiciones de los técnicos para iniciar las obras de remodelación del paseo de la Independencia era que estuviese abierto el Tercer Cinturón. Sólo que se hizo medio año antes, dada la cercanía de las elecciones municipales.

 

El Partido Popular y el Ciudadano: el Asco y la Rabia.