ANESTESIA GENERAL

Por Antonio Tausiet

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Cualquier observador medianamente ecuánime sabe que las tropelías que está cometiendo el gobierno del PP en España son de mucho más calado corrupto que las que cometió el del PSOE, pero da la impresión de que a nadie le conviene ponerlo en consideración del gran público. Además, cuando algún asunto sucio de los conservadores sale a la palestra, desaparece como por arte de magia en pocos días. De ello se han encargado en los últimos años los que aireaban todas las miserias de los socialistas. Del mismo modo, se suceden las masacres en África, Asia o Latinoamérica sin que ya nadie se preocupe por alzar la voz y denunciarlas. Los gobiernos de las democracias occidentales desmantelan sin descanso todos y cada uno de los logros sociales conseguidos a base de siglos de sangre: ni asomo de respuesta, siquiera en las urnas. El gobierno ruso acaba de asesinar impunemente a casi doscientas personas, con la excusa de una toma de rehenes por parte de guerrilleros chechenos (un país musulmán petrolífero que lleva décadas aplastado por los sucesivos regímenes con posaderas en el Kremlin). Utilizando un gas letal, a la manera de los nacionalsocialistas alemanes, han desalojado el teatro del centro de Moscú donde se habían atrincherado los activistas. Éstos (alrededor de cincuenta) han muerto todos: unos directamente a causa del gas y otros mediante un tiro en la frente mientras dormían. El resto de cadáveres, de los espectadores del teatro, han perecido asfixiados por sus propios vómitos. Quedan 650 personas hospitalizadas, un centenar muy graves. El círculo parece cerrarse cuando se nos informa de que quizás ese fluido opiáceo sea el mismo que se utiliza clínica y controladamente para procurar a los pacientes una anestesia general. De la metáfora a la masacre sólo hay un paso, y los gobiernos de Occidente, antiguos defensores de los Derechos Humanos, hoy ya lo han comprendido.