ÁFRICA 2002
Por Antonio Tausiet
www.tausiet.com

 

 

 

Prejuicios alentados por la Iglesia Católica y con la complicidad del resto de la sociedad occidental: eso tenemos todos cuando se nos recuerda África. Ese continente desolado, abandonado, seco, ahogado, pobre, enfermo, moribundo. Hasta de Asia llegan noticias, hasta de Asia. Pero África no existe. Veamos un ramillete de ejemplos.

Marruecos
Estados Unidos refuerza sus lazos con la dictadura del rey de Marruecos, para embolsarse sin problemas los beneficios de la explotación del subsuelo saharaui. El gobierno español, garante según el derecho internacional de la independencia del Sahara, mira para otro lado.

Mauritania
El esclavismo se sigue practicando en Mauritania. Mauritania obtiene importante ayuda económica del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea. No se ha documentado que cualquiera de estas instituciones haya planteado en alguna ocasión la cuestión de la esclavitud al negociar con el gobierno de Mauritania.

Senegal
El gobierno en pleno ha sido destituido por el presidente, a causa de la nula intervención de los ministerios de Transporte y Defensa para intentar salvar a las más de 1.000 personas muertas en el naufragio del trasbordador Joola.

Ahora, un pequeño test clarificador: ¿cuántas de estas tres noticias eran conocidas por el lector? ¿Cero? ¿Una?

Asesinatos regularizados, colonialismo sin tapujos, esclavos en el siglo XXI, homicidios por omisión de los gobiernos... son sólo tres noticias de un día al azar en África, ese gigantesco continente que cuenta con cuarenta millones de personas infectadas de SIDA, cuyos muertos no caben ya en los cementerios. Infectadas de miseria. Y las causas se pueden resumir en una sola: si la guerra, el hambre y la enfermedad han devastado el continente, es porque el colonialismo no cesó nunca, porque para que haya países muy ricos siempre tendrá que haber millones de personas pereciendo por muerte provocada.