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INTERNET REFLEJA UNA VEZ MÁS LA REALIDAD
(Acerca del IV Congreso de Periodismo Digital)
Por Antonio Tausiet
www.tausiet.com

 

 

 

Se acaba de celebrar en Huesca el IV Congreso Nacional de Periodismo Digital. Una excelente iniciativa comandada por Fernando García Mongay y con la infraestructura de la Asociación de la Prensa de Aragón, que ha aportado unas cuantas decenas de congresistas becados obligatorios.

A lo largo de las dos apretadas jornadas han desfilado por el Centro Cultural del Matadero destacados profesionales que, en su mayoría, nos han intentado demostrar que los medios para los que trabajan son perfectos. En ellos resplandece la verdad, y ya nadie recuerda aquella vieja broma periodística al respecto del lema de cabecera (Diario Independiente de la Mañana): "la mañana" era lo único de lo que cualquier diario podía presumir que no dependía.

Y se dedican a discutir si pueden ser rentables... o si es ético pisotear los Derechos Humanos. Antes se daba por obvio que un medio nuevo no podía reproducir los esquemas de otro anterior (Internet copiando al soporte papel); ahora nadie parece saber por qué los periódicos digitales pierden dinero a espuertas. Antes se daba por obvio que los periodistas debían respetar la intimidad, darse a conocer, relatar la realidad; ahora resulta que usar una cámara oculta está justificado si responde a "investigaciones de relevancia".

La inmensa mayoría de los asistentes al Congreso aguantaron sin rechistar una mesa redonda sobre gabinetes de comunicación, los cancerberos del poder, mientras que se mostraron profundamente decepcionados por la ausencia de una conocida representante de la televisión basura en la mesa que la había anunciado. Ese pequeño detalle es un gran indicador, como lo es todavía más que España sea el único país del mundo en el que Yahoo ha abierto una división de noticias del corazón.

Y un broche de oro para certificar la defunción de la preocupación social en el medio periodístico. El periodista italiano Maffeo calificó de privilegiados a los colegas de su país porque acumulaban demasiados derechos y lo atribuyó por un lado al corporativismo fascista, y por otro a la visión de la empresa por los obreros como enemiga. Solicitó que se eliminara parte de esos derechos para que avanzase la tecnología en Italia. Menos mal que desde el público, el argentino Caparrós le respondió acusándole de neoliberal: discusión que fue zanjada con la excusa del poco tiempo disponible...

Conclusiones apócrifas:
La presencia para la clausura del presidente de la agencia Efe se nos atragantó a todos. Forges (en sus horas bajas artísticas) nos entretuvo en la inauguración. El coordinador García Mongay daba órdenes a troche y moche, cortando de raíz discusiones políticamente incorrectas (como la que se dio entre nacionalistas: vasco y española). Nadie supo distinguir mesa redonda, comunicación, coloquio, tertulia, ponencia... porque la estructura fue la misma en todo momento: cada uno soltaba su perorata y al final casi no había tiempo para dialogar con el público. La nota más penosa la puso el representante de Zaragoza Expo 2008, que dio una muestra de cómo se hace el ridículo, leyendo un discurso oficialista, hueco y pomposo completamente fuera de lugar (aunque claro, su asociación ponía dinero para esta edición).

Y sobre todo: tanto los congresistas como los ponentes parecían estar en un nuevo limbo de la sociedad perfecta y la creatividad colmatada. El periodismo digital refleja como un espejo el periodismo general. Y éste a nuestra sociedad. Millones de personas preocupadas por el desenlace de un concurso televisivo y manipuladas por medios de comunicación gemelos que dicen competir. Nada más definitorio que la representante del grupo Prisa, contando que reciben "muchísimas" cartas acusándoles de venderse al capitalismo desde que El País cobra en la red: en vez de preguntarse por qué tantas personas opinan lo mismo, dijo que todos esos lectores no le interesaban nada. Queda claro.