EL CARDENAL MAMARRACHO
Por Antonio Tausiet
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Los católicos celebran el día de la Sagrada Familia en la misma fecha que los Santos Inocentes. Por eso debe de ser por lo que el Cardenal Mamarracho se ha soltado. Veamos las estupideces que nos ha regalado Monseñor Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, en estos días de paz: La equiparación del matrimonio tradicional con uniones de todo tipo, incluso homosexuales, quebrará el sistema de seguridad social, ya ha envejecido a la población y provoca el sufrimiento de niños y jóvenes. Todo esto proviene de la banalización hedonista del amor entre el varón y la mujer, cuando no de su inversión antinatural, reduciéndola al sexo.
Bien, bien. Primero, Cardenal Mamarracho, el sistema de seguridad social quebrará si desde el poder se decide que quiebre. Es claro que si los trabajadores aportan el dinero necesario para recibirlo a su jubilación, lo recibirán. Y se trata de política fiscal. No de legalización de formas de unión alternativas a la impuesta por ustedes, los guardianes de la moral. Qué asco, el Cardenal Mamarracho metido a economista de mierda. El envejecimiento de la población occidental es una consecuencia de la mejora de la calidad de vida, y no la consecuencia de que haya parejas de hecho. Y no es malo, creo recordar que tampoco para ustedes, mamarrachos, que la gente viva más. Y el sufrimiento de niños y jóvenes es tener que aguantar que existan todavía en el mundo lugares donde se imparta la doctrina que ustedes defienden, mamarrachos.
Al respecto de la banalización hedonista del amor entre el varón y la mujer, podemos recordarle que oficialmente usted, Cardenal Mamarracho, no tiene experiencia alguna al respecto, y que si se trata de vivir el amor como una losa sucia y desdichada, como una imposición de los sabios escolásticos, vivan el hedonismo y la banalización. Y viva el sexo -que ahí es donde más les duele, mamarrachos-, ese lazo mágico que une con fuerza y que se puede vivir con libertad pese a la reducción que hacen los cardenales mamarrachos de lo que no les cabe en la cabeza. Es tiempo ya de que nos organicemos para echar al mar a todos estos humanos despreciables, lacra de la sociedad, empezando por los cardenales mamarrachos y los que los amparan y financian.