PROPAGANDA POLANQUISTA
Por Antonio Tausiet
www.tausiet.com
La Ley de Dependencia estará lista en el año 2005. Se refiere
a la atención que deben obtener las personas dependientes, principalmente
los ancianos. Este mismo año 2004, se legaliza el matrimonio entre
personas del mismo sexo, y se permite la adopción por parte de
parejas homosexuales. Se va a reconocer como lengua oficial la de signos,
dando a las personas sordas sus derechos (creando también el Centro
Español de Subtitulado). A partir de ahora, las nuevas construcciones
de viviendas tendrán como requisito obligatorio incluir la energía
solar. Las tropas del ejército español desplegadas en la
injusta guerra de Irak volvieron a nuestro país. Se han puesto
en marcha medidas urgentes contra la violencia de género. El presupuesto
dedicado a investigación no militar se verá incrementado
sensiblemente. Las mujeres pueden acceder a puestos importantes gracias
a la "discriminación positiva"; un ejemplo: la mitad
de los ministros del gabinete son féminas. El reglamento de desarrollo
de la Ley de Extranjería ha permitido a miles de personas inmigrantes
regularizar su situación en España. En marcha la Ley que
obligará a preservar la calidad de los contenidos televisivos en
horarios infantiles. El presidente del gobierno español reclama
en la ONU políticas de paz y no de guerra. El trasvase del Ebro
al Levante no se realizará porque se pondrán en marcha medidas
más justas. Más de la mitad de los presupuestos generales
se dedican a gastos sociales.
Son sólo unos ejemplos de las buenas noticias que podemos leer
todos los días en los periódicos referentes a leyes o proyectos
del actual gobierno del PSOE en España. Mientras, los conservadores
siguen hundiéndose en la miseria. Sabemos que toda esta bonanza
durará pocos meses. Que al volver la esquina nos encontraremos
con la cruda realidad. Pero mientras, disfrutemos con la cara amable de
la llegada de los socialistas al poder. Tiempo habrá de morir al
palo, y ver cómo lo del aborto libre era sólo un reclamo;
que lo de abaratar la vivienda no era posible; que lo de reducir los contratos
basura entraba dentro de las buenas intenciones; que lo de promover la
cultura era según y cómo, etc.
Lo que nos hace mantener la sonrisa puesta durante los primeros meses
de los gobiernos socialistas (ya pasó en el 82) es una mezcla de
ilusión avivada, de realidad nueva y de propaganda polanquista.
La pena es que en dos plumazos sólo quedará esta última.
Córcholis.
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