Sin duda, no es el caso del rey de España, a cuyo nombre sólo figura una propiedad, compartida con sus hermanas Pilar y Margarita, y que heredó de su padre Don Juan de Borbón. La propiedad en cuestión es el chalé ubicado en la lujosa urbanización madrileña de Puerta de Hierro, en Madrid. En su testamento, Don Juan decidió que los enseres y muebles de la casa pasaran a formar parte del patrimonio de sus hijas.
Según consta en el Registro de la Propiedad, fue el único bien inmueble que Don Juan legó a su hijo en un testamento que incluía, además, un edificio, sito en la madrileña calle de Gran Vía, destinado al alquiler de oficinas y locales comerciales; un apartamento en Estoril (Portugal) y una pequeña cantidad, 36.000 euros, que estaba depositada en una cuenta en el extranjero. El testamento de Don Juan eran cuatro hojas frente a las 158 del legado que a él le otorgó su padre, Alfonso XIII.
El apartamento de Estoril, durante muchos años residencia oficial de Don Juan, fue vendido por sus hijos hace ya algunos años. Por lo que se refiere a los 36.000 euros ingresados en una cuenta bancaria del extranjero, su saldo se liquidó en un fugaz viaje del Rey, el Príncipe Felipe y el conde de los Gaitanes, uno de los albaceas testamentarios de Don Juan, a Zurich. La cuenta en cuestión fue abierta en su día por Alfonso XIII, quien dio orden verbal a su hijo Don Juan de ayudar a los miembros de su familia con ese dinero.
Escaso legado
Don Juan, en la cláusula novena de su legado, estableció que a
su muerte "los fondos de aquella cuenta pasarían al llamado en su
día a ocupar la Jefatura de la Casa Real y, por lo tanto, el trono de
España". El problema surgió cuando, tras la muerte del Conde
de Barcelona, Juan Carlos I no era entonces "el llamado a ocupar el trono
de España", puesto que ya era rey, sino su hijo, el príncipe
Felipe, que se había convertido, por tanto, en el sucesor a la Corona,
por lo que Juan Carlos no podía cobrar aquel dinero, puesto que no cumplía
ya el requisito de heredero a la Corona. Fue por esta razón por la que,
para poder liquidar la cuenta, Juan Carlos necesitó de la firma del príncipe
Felipe.
Pero por sorprendente que pueda parecer aún queda patrimonio legado por Alfonso XIII que todavía figura a nombre de Don Juan. Este es el caso de las propiedades inscritas en los términos municipales de Aranjuez y Segovia; de un huerto en el término de San Ildefonso (Segovia); del ruinoso Palacio de Valsain, donde figuran a su nombre "un solar con crujía, un torreón, un huerto y un huerto de regadío", además de otro huerto de 159 metros cuadrados en los terrenos del Palacio de Riofrío, en el término municipal de La Losa (Segovia).
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