El
niño de mis ojos
Una
memoria personal del cortometraje aragonés
About Sofia (2005), de Luis Zamora
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Continuando por la senda de los afectos fílmicos, esta segunda entrega está dedicada a un joven realizador oscense, Luis Zamora Pueyo, que a mediados de los años 90 decide ir a Valencia para estudiar en la Facultad de Bellas Artes, donde descubrirá su verdadera pasión: la imagen animada. La técnica por la que se decantará será el dibujo animado en dos dimensiones, trazado en un sobrio y elegante blanco y negro, sobre fondos ausentes de decorados, austeros, rayando el minimalismo, tanto en su puesta en escena como en su narrativa.
Comienza realizando pequeñas piezas para la facultad y colaborando con empresas de animación, hasta que recibe una beca para continuar sus estudios en el Southampton Institute de Londres. Su primer cortometraje, The family (2002), obtiene numerosos premios como el Student Animation Award 2002 y es proyectado con éxito más que notable en diversos festivales y muestras de Aragón como Travesía, Fuentes de Ebro, Festival de Jóvenes Realizadores y Festival de Cine de Huesca, así como en eventos de arte joven emergente de Castellón, Salamanca, Barcelona o Gerona.
Continúa trabajando las historias breves a través de obras como My grandmother (2004), un relato sobre la soledad de una anciana y la locura a la que le arrastra su situación, producido por el Royal College of Art.
Su último trabajo como autor, About Sofia (2005), son diez intensos minutos de poesía animada que transcurren ante nuestros ojos como si de un puzzle se tratara, cuyas piezas nos son sutilmente dosificadas con un lenguaje cercano al onirismo de los cuentos de hadas.
Sofía, esta nueva Alicia ensimismada y cabezota, vive atrapada en un relato a cuya lectura se aferra una y otra vez, la historia de un niño que pierde a su padre y cuyo empeño en volver a verle se hace realidad un día, tras muchos años de trabajo en laconstrucción de un telescopio gigante, a través del cual una noche, bajo las estrellas, vislumbra la figura paterna llevando a alguien de la mano. Cuando el niño –ya convertido en anciano- mira más detenidamente, descubre que es él mismo quien camina junto a su padre y sonríe feliz, al fin, para irse con él.
A Sofía no le interesan los juegos, ni las clases, ni lo que dice nadie a su alrededor, vive sumergida en sus ensoñaciones, creyendo ver a su propio padre en cada hombre que pasa por la calle. Una tarde, dibujando en su cuaderno, le pone alas y ve con asombro cómo cobra vida. Pero alguien le dice que todo es mentira, y ella, sin creerlo, enfadada y segura de que encontrará a su padre como el niño del cuento, sale corriendo. Corre llena de rabia, corre y corre, cruza, no mira...
Recuerdo que Luis me envió esta obra desde Londres, en julio del 2005, con una nota manuscrita en la que me hablaba de las bombas que estaban poniendo por toda la ciudad. Tímidamente me comentaba dos frases sobre su último vídeo, esperando que me gustase. La vi un mes más tarde, en el salón de mi casa, y, en la tranquilidad de una noche estrellada y silenciosa, sentí que historias así me reconciliaban con la vida, y con el cine. Absolutamente recomendable.
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Vicky Calavia
(Dedicado a mi padre, en Zaragoza, a 1 de junio de 2006)
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Este cortometraje obtuvo el premio "Los olvidados"
a obras aragonesas en el Festival de Huesca 2006
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