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LA INCINERADORA

revista de opinión cinematografica
número 8

 

 

LA FIRMA INVITADA

JOSÉ ANTONIO RUIZ ROJO, HISTORIADOR Y PROFESOR DE CINE

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Músicos filmados. Los intérpretes de la primera mitad del siglo XX ante el cinematógrafo*

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La fotografía en movimiento sirve, entre otras cosas, para legar preciosos documentos visuales (o audiovisuales en el caso del cine sonoro) de notables personajes de tiempos pretéritos, como, por ejemplo, de los músicos del periodo anterior a la implantación universal de la televisión (digamos, para redondear, el periodo comprendido entre los años 1900 y 1950). Se me quedarán nombres en el tintero y además sólo en los últimos años han comenzado a editarse en condiciones aceptables estas filmaciones o al menos fragmentos de ellas, por lo que podemos esperar nuevos lanzamientos (y descubrimientos) en un futuro próximo. Sobre todo doy noticia de cantantes, instrumentistas y directores de música cláErik Satie en "Entr´acte"sica que fueron cazados (y de paso inmortalizados) por las cámaras de cine en aquellos lejanos días, pues escasean, en comparación, las filmaciones de los compositores que no ejercieron de intérpretes profesionales, aunque nos han llegado imágenes de, entre otros, Giuseppe Becce (encarnó al autor de Parsifal en el film alemán de 1913 “Richard Wagner”), Erik Satie (aparece en el prólogo de “Entr´acte”, cortometraje de 1924 de René Clair), Igor Stravinsky (se marca un dueto con el director de cine Serge Eisenstein en la versión alemana del film sonoro de la MGM “The Hollywood Revue of 1929”), Edward Elgar (filmado en Londres ya en los años treinta), George Gershwin (incluso en una película en color), Richard Strauss (por ejemplo, dirigiendo en 1944 su Till Eulenspiegel con la Filarmónica de Viena) y nuestro Manuel de Falla (unos pocos planos impresionados en Argentina en los años cuarenta).

Algunos de los primeros mediometrajes y largometrajes de ficción protagonizados por cantantes de ópera son “Carmen”, “Tentación”, “María Rosa”, “Juana de Arco”, “Thaïs”, “Mi primo” y “Las muchachas de Pskov”, todos ellos filmes mudos. En los cuatro primeros, dirigidos por Cecil B. DeMille en 1915-1916, encontramos a la famosa soprano norteamericana Geraldine Farrar (1882-1967), amante de ese no menos famoso realizador de Hollywood (en “Tentación” la Farrar encarna a una cantante de ópera). El quinto título, una adaptación de 1917 de la ópera de Massenet, presenta a la soprano británica de la Ópera de Chicago Mary Garden (1874-1967), que intervino en el film a petición de Samuel Goldwyn. Por su parte, “Mi primo”, dirigida en 1918 por el mediocre Edward Jose, es una dramatización de la Famous Players-Lasky Productions protagonizada por el tenor Enrico Caruso (1873-1921) en el doble papel de sí mismo y de un supuesto primo suyo (vale sólo como documento). “Las muchachas de Pskov” es una película rusa de 1915, sobre la ópera de Rimski-Korsakov, en la que participa el bajo Feodor Chaliapin (1873-1938), encarnación de Don Quijote en el largometraje sonoro de 1933 dirigido por G. W. Pabst. La película más importante de este grupo pionero es la adaptación de Carmen de Bizet producida por la Lasky Feature Play Company y distribuida por Paramount, enésimo intento de dignificar el séptimo arte donde contemplamos a una cantante que venía de interpretar la ópera en el Metropolitan de Nueva York al lado de Caruso con aplauso unánime de crítica y público. Los arreglos musicales destinados a acompañar la proyección de este film en los cines y teatros de postín corrieron a cargo de Hugo Riesenfeld.

Existen asimismo reportajes mudos que resucitan a figuras legendarias de la interpretación musical no vocal. Así, vemos al director Arthur Nikisch (1855-1922) dirigiendo o simulando dirigir en una filmación de 1913 (o sea, del mismo año de su célebre registro completo de la Quinta Sinfonía de Beethoven), al igual que tenemos imágenes del pianista Ignacy Jan Paderewski (1860-1941) en la época en que fue primer ministro de Polonia (años veinte), de las manos en acción sobre el teclado de los también pianistas Alfred Cortot (1877-1962), Wilhelm Backhaus (1884-1969), Arthur Arthur Rubinstein, con el actor FernandelRubinstein (1887-1982) y Vladimir Horowitz (1903-1989), todas ellas tomas curiosas de hacia 1928, y, por fin, de los violinistas Eugène Ysaÿe (1858-1931), Fritz Kreisler (1875-1962) y un púber Yehudi Menuhin (1916-1999). Sombras recobradas de un tiempo ya irremisiblemente extraño.

Pero no todo el cine de la etapa muda fue en realidad mudo. Quiero decir que, si bien el cine sonoro se implantó definitivamente en América y Europa en el bienio 1929-1930, muy pronto se intentó que en las películas se oyeran también las voces de los actores, como en el teatro o en la ópera. El primer método empleado fue la sincronización de los cilindros de cera del fonógrafo o los discos del gramófono. En la Exposición Universal de París de 1900 Paul Decauville presentó el Phono-Cinéma-Théâtre (un procedimiento de cine sonoro con cilindros ideado por Clément-Maurice Gratioulet y Henri Lioret) y durante los dos meses que permaneció abierta la atracción se exhibieron breves cintas con las estrellas de la escena francesa, comoel barítono Victor Maurel (1848-1923), a quien Verdi había encomendado el estreno del Yago de Otelo y el Falstaff de la ópera homónima (ignoro si se conserva el que sería el más antiguo documento fílmico de un cantante de ópera). Dos años después Léon Gaumont presentó el procedimiento Chronophone, primero con cilindros y luego con discos, que no dejó de perfeccionar hasta 1913 y que frecuentaron sobre todo los artistas de vaudeville y de la canción popular, como Felix Mayol. Un tal Monsieur Noté, oscuro cantante de la Ópera de París, entonó con entusiasmo indescriptible Lamarsellesa en un corto de tres minutos rodado en 1907 para el Phono-Gramo-Théâtre de Georges Mendel. El alemán Oskar Messter y los colaboradores de Edison ensayaron otros dispositivos similares entre 1905 y 1913. Con todo, los evidentes problemas de sincronización y amplificación del sonido no empezaron a solventarse hasta bien entrados los años veinte, en conjunción con los progresos técnicos en la fonografía (grabaciones eléctricas) y en la radiodifusión. Precisamente, la expansión de la radio comercial amenazaba la supervivencia del cine mudo y sin duda aceleró el gran cambio.

En 1922 y 1923 se exhibieron a ambos lados del Atlántico filmes con sonido incorporado en el celuloide: la vieja aspiración del sonido óptico. En abril de 1923 Lee de Forest presentó un primer programa de phonofilms en el Rivoli Theater de Nueva York y los espectadores pudieron ver y oír a artistas de Broadway como el cantante Noble Sissle y el pianista Eubie Blake, dos conocidos jazzmen. Pero antes de que la industria se inclinara en bloque por sistemas de cine con sonido fotográfico (sobre todo el Movietone de la Fox, que captó en 1926 una actuación de la tonadillera española Raquel Meller), los hermanos Warner y la Western Electric apostaron por un método perfeccionado de sincronización con discos al que llamaron Vitaphone y que no abandonaron hasta 1931. Además de los artistas populares de De Forest, los Warner contrataron y filmaron en el improvisado estudio del Manhattan Opera House a cantantes de ópera de primer nivel procedentes del Metropolitan, y de esta manera en la première neoyorquina del Vitaphone en agosto de 1926 se proyectaron cortos con el violinista Mischa Elman (1891-1967) y el pianista Josef Bonine tocando la Humoresque deAntonin Dvorák Dvorák, la soprano Marion Talley (1907-1983) cantando Caro Nome de Rigoletto, el violinista Efrem Zimbalist (1889-1985) y el pianista Harold Bauer tocando la Sonata a Kreutzer, la soprano Anna Case (1889-1984) en Fiesta, el director Henry Hadley y la Orquesta Filarmónica de Nueva York interpretando la obertura de Tannhäuser y, como plato fuerte, el tenor Giovanni Martinelli (1885-1969) cantando una selección de Payasos. Martinelli fue, de hecho, la primera gran estrella del cine musical y sus cortos de 1926-1931 concitaron todos los elogios imaginables. Otro italianos del Met, el tenor Beniamino Gigli (1890-1957) y el barítono Giuseppe de Luca (1876-1950), cantaron también para Vitaphone en 1927 (Cavalleria rusticana y El barbero de Sevilla, respectivamente).

En 1930 la Universal produjo la película en technicolor bicrómico “El rey del Jazz”, con Paul Whiteman y su orquesta, la MGM filmó dos operetas protagonizadas por el barítono estadounidense Lawrence Tibbett (1896-1960) y la Fox presentó en color al tenor John McCormack (1884-1945) en “Song O’My Heart”. A partir de este año desfilan por el cine sonoro (ya sonoro de verdad) casi todos los intérpretes de música clásica de cierta categoría. Sin embargo, una relación razonada, aunque no fuera exhaustiva, exigiría mucho espacio. Remito, pues al apartado de intérpretes y a los once DVD y un vídeo VHS que el lector encontrará reseñados más abajo. No agotan el catálogo de imágenes disponibles en estos formatos, pero constituyen una colección altamente representativa. La persona interesada se encontrará allí, por citar algunos otros intérpretes, con el pianista Francis Planté en 1928 (que nació sólo doce años después de que muriera Beethoven), con el violinista y malogrado niño prodigio Boris Goldstein (en 1937), con los directores Felix Weingartner (en 1932), Leo Blech (en 1933), Wilhelm Furtwängler (en 1942 y 1947), Arturo Toscanini (en los años cuarenta y cincuenta) y Hans Knappertsbusch (en 1942 o 1943), con los cantantes Richard Tauber (en 1933, disfrazado de Schubert), Kirsten Flagstad (en 1938, en plan valquiria) y Lauritz Melchior (en una película en color de 1948) y también con los hombres y las mujeres del jazz y las big bands: por ejemplo, la cantante de blues Bessie Smith (en 1929), el cantante y trompetista Louis Armstrong (aparece vestido con piel de leopardo en un corto de 1932), el compositor, director y pianista Duke Ellington (en 1929-1935) y el director y clarinetista Artie Shaw (en 1939).

Aconsejo la absorción de estos documentos de archivo en pequeñas dosis para evitar empachos, salvo que se tenga, como yo, un estómago de hierro.

 

SELECCIÓN DISCOGRÁFICA

CARUSO, VOICE OF THE CENTURY. RCA Red Seal / Legendary Visions 82876579069. DVD+CD

Además de un documental biográfico de cuarenta y cinco minutos de duración, el DVD ofrece íntegro y con calidad de imagen aceptable el film mudo “Mi primo”, que nos aproxima a un Caruso actor ya al final de su carrera como cantante y en los últimos años de vida (falleció en 1921 y sus últimos registros discográficos datan de 1920). La película tiene un interés añadido: la inclusión de fragmentos de una representación de la ópera Payasos en el Metropolitan neoyorquino, con Caruso, por supuesto, en el rol principal.

CARMEN / CARMEN (1915) (+ otras). Image Entertainment ID9227DS. DVD.

Esta edición de la película (57 minutos de duración), con los preceptivos teñidos y la compilación musical de Riesenfeld, se acompaña de otro magnífico e influyente film de DeMille del mismo año (“La marca de fuego”) y del film de Charles Chaplin “Burlesque on Carmen”, una brillante parodia de 31 minutos de duración de la “Carmen” de DeMille y Farrar que –ojo al dato- fue producida tan sólo un mes después del estreno de esta última película. Un completo DVD muy recomendable para cinéfilos y mitómanos operísticos.

JUANA DE ARCO / JOAN THE WOMAN (1916). Image Entertainment ID0509DS. DVD.

Protagonizada por Geraldine Farrar y producida por Cardinal Film Corporation, éste es el primer film de gran espectáculo dirigido por Cecil B. DeMille, como lo prueban su larga duración (137 minutos en la presente edición) y las batallas filmadas con diecisiete cámaras y la ayuda de varios directores asistentes, entre ellos William DeMille, hermano de Cecil. El DVD no nos hurta ni el score original preparado por William Furst ni el color (sistema Handschiegl) en la secuencia de la muerte de la heroína en la hoguera.

THE ART OF SINGING. GOLDEN VOICES OF THE CENTURY. Warner Music Vision / NVC Arts 0630158982. DVD.

La edición en vídeo y DVD de este documental suprime filmaciones antiguas antes incluidas, como los fragmentos de “Thaïs” con Mary Garden (1917) y un corto Vitaphone con Beniamino Gigli (1927). Se mantienen el Sexteto de Lucia de Lammermoor de 1908 (Phono-Cinéma-Théâtre de Mendel) y las otras imágenes de 1915-1948 con Feodor Chaliapin, Enrico Caruso, Giovanni Martinelli, Gigli, Tito Schipa, Giusepe de Luca, Luisa Tetrazzini, Conchita Supervía, Rosa Ponselle, Richard Tauber, Kirsten Flagstad, Lawrence Tibbett, Risë Stevens y Lauritz Melchior.

RETOUR DE FLAMME, VOL. 2. Lobster SC892. DVD.

En el segundo volumen de los tres hasta ahora publicados de la colección cuyo título puede traducirse como “Salvado de las llamas” (en alusión a la inflamabilidad de los filmes de nitrato), hallamos una película de 1907 con sonido sincronizado (“La marsellesa”) y la película sonora de 1929 “Black and Tan”, con Duke Ellington. En el primer volumen figura “Jazz Hot”, de 1939, con Django Reinhardt y Stéphane Grappelli. En el tercer volumen se incluye la comedia muda de 1929 ¨”Le pompier des Folies-Bergère”, con Joséphine Baker.

THE ART OF CONDUCTING. GREAT CONDUCTORS OF THE PAST. Warner Music / Teldec 0927426672. DVD.

Surtido de películas con grandes directores de orquesta del siglo XX. En las imágenes en blanco y negro del periodo que nos ocupa vemos (en concierto o durante los ensayos) a Arthur Nikisch, Bruno Walter Felix Weingartner, Fritz Busch, Arturo Toscanini, Richard Strauss, Otto Klemplerer, Leopold Stokowski, Fritz Reiner (con el violinista Jascha Heifetz), Wilhelm Furtwängler y Serge Koussevitzky. El inconveniente de éste y otros discos recopilatorios es que los fragmentos son a veces muy breves, y ello resulta frustrante.

GREAT CONDUCTORS OF THE THIRD REICH. Bel Canto Society BCS0052. VHS.

No sé si existe versión en DVD de esta selección de películas rodadas en la Alemania nazi entre 1933 y 1943. Impactantes imágenes con los directores Max von Schillings (estrecho colaborador de Goebbels), Leo Blech, Herbert von Karajan, Hans Knappertsbusch, Clemens Krausss y , muy especialmente, Wilhelm Furtwängler, a quien contemplamos en dos conciertos de 1942 con la obertura de Los maestros cantores y los últimos compases de la Novena de Beethoven, una sinfonía que interpretó con motivo del cumpleaños de Hitler.

TOSCANINI, THE MAESTRO. RCA Red Seal / Legendary Visions 82876579089. DVD+CD.

Además de un documental biográfico de 83 minutos de duración (que incluye películas caseras de la familia Toscanini y unos segundos del metraje rodado por Italo Pacchioni durante el funeral milanés de Verdi en 1901), el DVD ofrece la filmación completa de una interpretación del Himno de las naciones de Verdi en 1943, con Toscanini en el podio, el tenor Jan Peerce, la Orquesta de la NBC y el Coro del Westminster College. El de Parma fue una de los primeras batutas en mostrar entusiasmo por el cine y la pequeña pantalla (recientemente se han editado en DVD sus conciertos con la NBC Symphony Orchestra televisados en 1948-1952).

THE ART OF PIANO. GREAT PIANISTS OF THE 20th CENTURY. Warner Music Vision /NVC Arts 3984291992. DVD.

He aquí el menú de pianistas de este DVD para el periodo 1900-1950: Vladimir Horowitz, Arthur Rubinstein, Wilhelm Backhaus, Alfred Cortot, Francis Planté, Serge Rachmaninov, Ignacy Jan Paderewski, Myra Hess, Emil Gilels, Benno Moiseiwitsch Josef Hofmann y Arturo Benedetti-Michelangeli. Algunas imágenes son secuencias procedentes de largometrajes de ficción producidos en Hollywood. Por cierto: en diez películas norteamericanas apareció el valenciano José Iturbi (1895-1980), que incluso prestó sus dedos a Chopin.

 

EL ARTE DEL VIOLÍN. Warner Music Vision / NVC Arts 8573858012. DVD.

El cine y (en mucha menor medida) la televisión han documentado a los modernos maestros del violín. El DVD reúne, entre otras, filmaciones mudas y sonoras de Fritz Kreisler, Eugène Ysaÿe, Georges Enesco, Mischa Elman (el famoso corto Vitaphone y otra), Ruggiero Ricci Jacques Thibaud, Josef Szigeti, Jascha Heifetz, Boris Golstein, Ginette Neveu y Yehudi Menuhin. Incluye también (aunque data de 1951 y se sale, por tanto, del periodo elegido) una película de Michael Rabin, niño prodigio muerto prematuramente.

THE BEST OF JAZZ AND BLUES. Kino on Video K197. DVD.

Primer volumen con una selección de cortos musicales filmados en los Estudios de la Paramount en Astoria, Nueva York, en la primera década del cine sonoro. Junto a perlas como “St. Louis Blues” (1929), con la única aparición en pantalla de la estrella del blues Bessie Smith, “A Rhapsody in Black and Blue” (1932), con Louis Armstrong, y “Symphony in Black” (1935), con Duke Ellington y Billie Holiday, se ofrecen nueve cortos con Cab Calloway, Fats Waller, George D. Washington, Don Aspiazu y otros intérpretes de leyenda.

THE BEST OF BIG BANDS AND SWING. Kino on Video K198. DVD.

En este segundo volumen de cortos musicales de la Paramount aparecen Bing Crosby (“Blue of the Night” y “Dream House”, 1932 y 1933), Rudy Vallee (no se lo pierdan en “Musical Doctor”, de 1932), Anna Chang (“Singapore Sue”, de 1931, con el debut en el cine de Cary Grant), Ginger Rogers (“Office Blues”, 1930), Ethel Merman (“Her Future”, 1930), Helen Kane (“A Lesson in Love”, 1931), Ruth Etting (“Favorite Melodies”, 1929), Lillian Roth (“Meet the Boyfriend”, 1930) y Artie Shaw en “Artie Shaw’s Class in Swing” (1939).

 

 

SEMBLANZA DE TRES INTÉRPRETES

FRANCIS PLANTÉ

Este pianista francés nacido en 1839 y fallecido en 1934, a quien podemos ver tocando el Estudio nº7Op.10 de Chopin en una película con sonido sincronizado de 1928, es uno de los dos pianistas nacidos en vida de Chopin que llegaron a realizar grabaciones eléctricas (el otro es Vladimir de Pachman) y el único pianista contemporáneo del músico polaco que hizo acto de presencia en el primitivo cine sonoro. Vinculado directamente a la primera gran época de la interpretación pianística (cuando debutó como niño prodigio en 1846 todavía vivían Mendelssohn y Chopin), fue amigo de Berlioz, Rossini y Liszt, alumno de Marmontel (discípulo a su vez de Zimmerman) y en 1850 obtuvo un primer premio en el Conservatorio de París. Su debut oficial e inicio de una larga carrera como intérprete (con paréntesis en 1861-1872 y 1900-1915) tuvo lugar en 1854 en la Sala Pleyel de la capital francesa. Aún adolescente, formó trío con el violinista Alard y el chelista Franchomme, que habían tocado con Chopin. En 1858 volvió al conservatorio para estudiar armonía y recibir un segundo premio. Un tanto excéntrico (sus recitales podían durar hasta seis horas, casi nunca anunciaba el programa y no dudaba en interrumpir la ejecución de una obra para explicársela al público), se impuso, naturalmente, en el repertorio romántico, pero también participó del renovado interés que despertó la música de Mozart en el cambio de siglo.

 

GERALDINE FARRAR

Esta soprano lírica estadounidense (1882-1967) es, sin duda, la primera estrella de la ópera con una significativa carrera en el cine mudo, pues, además de “Carmen”, “Tentación”, “María Rosa” y “Juana de Arco”, su filmografía incluye otras once películas producidas en el periodo 1917-1920 (la de rodaje más antiguo, “María Rosa”, se estrenó después de “Carmen” y “Tentación”). Además de cantante de renombre internacional, la Farrar pertenecía a la alta sociedad neoyorquina, tenía amigos (y quizás amantes) en las casas reales europeas y de su elegante imagen se hacían eco las revistas de moda y actualidad. Nacida en 1882 y fallecida en 1967, alumna de Long, Thursby y Trabadello en Boston, Nueva York y París, debutó en 1901 en Berlín en el papel de Margarita del Fausto de Gounod, una interpretación que llamó la atención de la veterana Lilli Lehmann, que será en adelante su profesora y guía en Berlín y Salzburgo (1902-1910). En 1906 subió al escenario del Metropolitan Opera de Nueva York (un vivero de cantantes para el primer cine sonoro, como ya he señalado) y en esta institución desarrolló casi toda su carrera. Triunfó en MadameButterfly de Puccini y especialmente en Carmen de Bizet. Entre sus estrenos se cuentan las óperas Königskinder de Humperdinck (1910), Giuliano de Charpentier (1914) y SuorAngelica de Puccini (1918). Lástima que no interviniera en ninguna película sonora.

 

LEO BLECH

Este director de orquesta y compositor alemán nacido en 1871 y fallecido en 1958 es, junto a Bruno Walter, Felix Weingartner, Fritz Busch y Max von Schillings, una de las batutas importantes del cine sonoro europeo de los años treinta. Natural de Aquisgrán, cursó estudios musicales en la Hochschule de Berlín y en 1893 trabajó como director de orquesta en el teatro municipal de su ciudad natal, donde permaneció hasta 1898. En años venideros, tras cumplir contrato en Praga y en el Landestheater berlinés, fue nombrado director general de música de la Ópera Real de Berlín (1913), director artístico de la Ópera del Estado de Berlín (1923) y director artístico de la Volksoper de Viena (1925). Entre 1924 y 1929 dirigió asimismo la Orquesta Filarmónica de Stuttgart. Admirado sobre todo por sus interpretaciones de óperas de Verdi y Wagner, fue el único músico judío de relieve que, con la ayuda de Göring, pudo continuar su actividad en Alemania durante el III Reich, si bien, como tantos otros antes de él, terminó por tomar el camino del exilio en 1937. Pasó cuatro años en Riga antes de establecer su residencia en Estocolmo y ocupar un puesto de director en la orquesta de la Real Ópera Sueca. Finalizada la guerra mundial, en 1949 regresó a Alemania y fue nombrado director general de música de la Städtische Opera de Berlín. Es autor de seis óperas, una opereta, tres poemas sinfónicos y diversas melodías.

 

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José Antonio Ruiz Rojo (**)

(*) Versión corregida del artículo aparecido en Ritmo, nº 777 (julio-agosto de 2005).

(**) Profesor de Filosofía, crítico musical e historiador del cine, miembro de la AEHC, la AFRHC y la Magic Lantern Society. Desde 1982 ha publicado cientos de ensayos e impartido cerca de cincuenta cursos sobre arte, música clásica e historia del cine. Es director de las Jornadas de Cine de Guadalajara, ha coordinado el proyecto de recuperación y edición en DVD de las películas de Tomás Camarillo (1927-1935) y es autor o coautor de una decena de libros.


 
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