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LA INCINERADORA

revista de opinión cinematografica
número 8

 

 

ESTRENOSOTROS

Antonio Tausiet desface entuertos gigantes como molinos

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Reconstrucción
( Reconstruction, Christoffer Boe, 2003)

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A veces la estética vacía del postmodernismo, disfrazada de cine de autor o de manifiestos efímeros, esconde sentimientos profundos. De vez en cuando, los daneses salen de la nevera para abrir heridas.

Es el caso de esta película, que abusa en ocasiones del efectismo esteticista, pero que atrapa en su carrera hacia el amor enajenado, esa irrefrenable fuerza que lleva a vivir la atracción hasta hacernos caer en el abismo.

Un abismo (el de la pasión) tantas veces retratado en el cine y en la literatura, con sus consecuencias nefastas, pero con su dosis indiscutible de maravilla, de entrada en el misterio, de hacernos llegar a tocar el cielo con los dedos.

Un matrimonio. Un hotel de Copenhague. Él, escritor, no está. Ella vaga por las calles y conoce en un bar a un joven, con quien mantiene una intensa y magnética relación. La narración entrelaza metaficción, en un juego onírico que articula metáforas concéntricas. El joven pierde literalmente su vida anterior cuando se encuentra con ella, que es la misma mujer con quien vivía hasta entonces.

El marido escribe la historia. Nada de lo que vemos es cierto. Es cine, es literatura. Pero no por ello deja de ser, como tantas veces la vida, laberíntico, difícil.

Por momentos espectacularmente bella, la cinta explora la condena de la fortuna, y mediante el recurso de alejarnos, introduciendo la reflexión sobre su propia ficción en el mismo argumento, nos acerca hasta el dolor.

Como los sueños, acaba donde empieza: mostrando el lado atormentado de quienes han de optar por encontrar la tabla de salvación de la cordura, o simplemente dejarse llevar por la corriente salvaje donde anidan las heridas y los jadeos: ese amor absoluto que supura aliento animal. Tan humano.

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Antonio Tausiet

 

 
www.tausiet.com