Las contradicciones de don Luis
Filmes de Buñuel comentados

Por Antonio Tausiet

 

La hija del engaño (Don Quintín el amargao, 1951)

 

Versión mexicana del filme español Don Quintín el amargao (Luis Marquina, 1935), basado en un sainete de Carlos Arniches que ya había sido llevado al cine en 1925 por Manuel Noriega, exiliado después en México y actor en Subida al cielo y La ilusión viaja en tranvía. Don Quintín el amargao, junto a La hija de Juan Simón, ¿Quién me quiere a mí? (las dos de José Luis Sáenz de Heredia y de 1935) y ¡Centinela, alerta! (Jean Grémillon, 1936) son las cuatro cintas comerciales supervisadas por Luis Buñuel en su productora Filmófono para ganarse la vida tras su boda y paternidad, y hasta el estallido de la Guerra Civil. Aunque prácticamente las dirigió, nunca quiso que su nombre figurara en los créditos para no manchar su pedigrí de autor experimental. La escena más celebrada de la versión de 1935 es la introducción de una canción del sainete original con el recurso de poner un disco en un bar, donde la van tarareando personajes peculiares desde sus mesas. Otro momento buñuelesco es el primer encuentro entre los enamorados, presidido por un coche de lujo que se despeña por un barranco. El adulterio que incluye el libreto es sustituido por un equívoco que convierte a don Quintín en el antecesor celoso del protagonista de Él. Vista desde nuestros días, resulta primitiva y artificiosa, pero la crítica y el público españoles de la época le dieron un aplauso unánime.

 

Foto de rodaje de la versión de 1935, con Buñuel a la izquierda supervisando,
y fotograma de la escena que más le gustaba

 

En el remake de 1951, don Quintín -el mismo Fernando Soler de El gran calavera y Susana- aquí sí testigo del engaño de su esposa, regenta un casino y un cabaret llamado “El infierno” (del mismo modo que Simón del desierto será llevado por el demonio a una discoteca que es el infierno en la Tierra).

 

Bromeando en el rodaje, la hija por los suelos y el Goya que cuelga en el casino

 

La monja de la película española es sustituida por un cura al que se le hace atravesar los pasillos con las vedettes. El recurso para señalar el paso de veinte años en la trama es un larguísimo fundido en negro -de medio minuto- acompañado de voces en off. Una escena nos remite a Casablanca (1942), cuando un joven jugador se halla en apuros económicos: mientras que Rick (Humphrey Bogart) se apiada, don Quintín lo echa del local.

 

Escenas similares pero opuestas en La hija del engaño y Casablanca

 

El papel cómico de Luis Heredia de la versión española -que será un mendigo desdentado en Viridiana- es interpretado aquí por Fernando Soto, “Mantequilla”, que también aparecerá en La ilusión viaja en tranvía. Buñuel atribuye el fracaso de esta modesta comedia al cambio de título, porque estaba convencido de volver a repetir el éxito alcanzado con la versión anterior.

 

 

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